El Sr. y la Sra. Kuroki vivían una vida feliz como granjeros en un área rural de Japón, criando a dos niños encantadores. Pero la tragedia golpeó a la familia cuando la señora Kuroki, debido a complicaciones por la diabetes, perdió la vista. Tras una depresión se aisló a sí misma en el recinto familiar, alejándose de todos sus seres queridos.
El Sr. Kuroki se esforzó por encontrar una manera de animar a su esposa, cuando una hermosa idea le vino a la mente; decidió plantar un jardín de flores donde ella pudiera disfrutar de su olor, el incentivo que le daría a su esposa las ganas de salir al exterior. Dos años de trabajo duro y miles de flores más tarde, cuentan con una cantidad increíble de flores en su finca privada en la cuál miles de personas de todo el mundo los visitan para ver en persona esta historia de amor de la vida real. Aquí te dejamos las fotos para que veas esta historia de amor desde el otro lado del mundo.
La señora Kuroki no puede ver nada pero ahora disfruta estar al aire libre.
Ella y su marido se mudaron a esta granja de productos lácteos poco después de que se casaron en 1956.
Criaron dos hijos y vivieron una vida feliz hasta que algo salió mal con la vista de la señora Kuroki.
Una semana más tarde, ella queda ciega debido a complicaciones relacionadas con la diabetes.
Deprimida, ella comenzó a retirarse y quedarse en casa.
Preocupado por su esposa, el señor Kuroki se esforzó por pensar en una solución.
Y entonces comenzó a plantar flores.
Miles de flores olorosas por más de dos años.
Poco a poco, la señora Kuroki salió de su caparazón para disfrutar del jardín.
Ahora ella sonríe cada día.
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