El trabajo remoto es una experiencia muy subjetiva. Sin embargo, hay ciertos estudios que arrojan datos concretos sobre cómo nos afecta el trabajo desde casa. A continuación algunos hallazgos sobre dichos estudios.
Cómo afecta la productividad el trabajo remoto
Las investigaciones respaldadas por datos sobre la productividad del trabajo a distancia nos brindan una imagen de cómo ha cambiado la forma de trabajar y cómo nos afecta el trabajo desde casa. Algunos de los resultados son:
Tomamos descansos menos frecuentes
Su hogar puede ser un lugar tranquilo o que distraiga dependiendo de sus condiciones de vida. Y están aquellos a los que les resulta difícil tomarse los descansos adecuados en casa y desconectar al final de la jornada laboral.
Pero, ¿qué dicen los datos sobre la productividad del trabajo remoto? Demos un paso a los tiempos prepandémicos cuando una aplicación de seguimiento del tiempo llamada DeskTime descubrió que el 10% de las personas más productivas trabajan durante 52 minutos y se toman un descanso de 17 minutos.
Recientemente, la misma aplicación de seguimiento del tiempo repitió ese estudio para revelar patrones de funcionamiento y descanso durante la pandemia. Descubrieron que el trabajo remoto ha provocado un aumento en el tiempo trabajado y las personas más productivas ahora trabajan durante 112 minutos y descansan durante 26 minutos.
Pero, veamos esta proporción. Si bien los descansos se han vuelto solo nueve minutos más largos, el trabajo se ha más que duplicado. Eso es casi dos horas de trabajo, lo que significa que las personas solo toman de tres a cuatro descansos por día laboral de 8 horas.
Este descubrimiento nos hace cuestionarnos si trabajar desde casa realmente es tan bueno para nuestro bienestar como pensábamos. Además, los descansos ya no son un placer, sino un momento para hacer una tarea o ayudar a los niños con las tareas escolares.
Las reuniones en línea se encuentran entre las principales razones de las pausas menos frecuentes. Las reuniones previas a la pandemia significaban ir a otra habitación, estirar las piernas y dejar que los ojos descansaran de la computadora. En un entorno remoto, todas las reuniones ocurren en la pantalla, a veces consecutivas, lo que podría ser uno de los principales factores que explican las horas de trabajo más largas registradas.
Nos enfrentamos a un mayor riesgo de agotamiento
Al principio, muchos se mostraron optimistas sobre los beneficios del trabajo remoto en términos de equilibrio entre la vida personal y laboral, ya que ahorramos tiempo en los desplazamientos y tenemos más tiempo para dedicarlo a la familia, al menos en teoría.
Pero, para muchas personas, esto se vio rápidamente compensado por una lucha por separar su trabajo y su vida personal. Según las encuestas, se encontró que la mayor lucha de los trabajadores remotos es no poder desconectarse.
A los encuestados también se les preguntó si estaban trabajando más o menos desde su cambio al trabajo a distancia y el 45% admitió haber trabajado más. El 42% dijo que trabaja la misma cantidad, mientras que el 13% respondió que trabaja menos.
Horas de trabajo más largas y menos descansos de calidad pueden afectar dramáticamente nuestra salud, ya que estar sentado durante mucho tiempo y usar la computadora puede causar fatiga visual, fatiga mental y otros problemas. Estos, a su vez, pueden tener consecuencias más graves, como agotamiento y enfermedades cardíacas.
Desde el punto de vista del empleador, los trabajadores remotos pueden parecer más productivos y trabajar más horas. Sin embargo, los gerentes deben ser conscientes de los riesgos asociados con el aumento de la ansiedad de los empleados. De lo contrario, las ganancias de productividad no serán duraderas. No es ningún secreto que la ansiedad prolongada puede reducir la satisfacción laboral y disminuir el desempeño laboral.
A pesar de todo, nos encanta el trabajo remoto
Una abrumadora mayoría (97%) de los encuestados del informe Buffer dicen que les gustaría seguir trabajando de forma remota hasta cierto punto. Los dos principales beneficios mencionados por los encuestados son la capacidad de tener un horario flexible y poder trabajar desde cualquier lugar.
El informe de McKinsey encontró que a más de la mitad de los empleados les gustaría que su lugar de trabajo adoptara un modelo híbrido de trabajo virtual más flexible, con algunos días de trabajo en las instalaciones y otros de forma remota. Para ser más exactos, más de la mitad de los empleados informan que les gustaría trabajar desde casa al menos tres días a la semana una vez que la pandemia haya terminado.
Las empresas se verán cada vez más obligadas a encontrar formas de satisfacer estas demandas de la fuerza laboral mientras implementan políticas para minimizar los riesgos asociados con el exceso de trabajo y el agotamiento. Las empresas inteligentes adoptarán esta nueva tendencia y se darán cuenta de que la adopción de modelos híbridos también puede ser una ventaja para ellas, por ejemplo, para acceder al talento en diferentes ubicaciones y a un costo menor.
Trabajo remoto: ¿bendición o dificultad?
Es comprensible que los trabajadores de todo el mundo se sientan tentados a mantener los buenos aspectos de la vida laboral que surgieron de la pandemia: flexibilidad profesional, menos desplazamientos y tiempo extra con la familia.
Pero ahora que los límites estrictos entre el trabajo y la vida se desvanecen, debemos ser cautelosos. Intentamos meternos en las tareas de la casa durante los descansos. Hacemos reuniones en línea desde el mismo sofá desde el que vemos programas de televisión y muchos de nosotros tenemos dificultades para desconectarnos después del trabajo.
Entonces, ¿cómo podemos evitar que nuestra vida privada y profesional se mezclen irremediablemente? La respuesta es que intentemos replicar los límites físicos y virtuales que surgen naturalmente en un entorno de oficina. Esto no solo significa tener un espacio de trabajo específico, sino también realizar un seguimiento de su tiempo de trabajo y detenerse cuando finalicen sus horas de trabajo.
Si es necesario, debemos introducir nuevos rituales que se asemejen a un día normal de oficina, por ejemplo, dar una vuelta a la cuadra para simular «llegar al trabajo». El trabajo remoto llegó para quedarse. Si queremos disfrutar de las ventajas que ofrece, debemos aprender a afrontar los desafíos personales que conlleva.