Todo sucedió en Belo Horizonte, Brasil cuando se jugaba un partido entre Brumadinho y Amantes da Bola por la Liga Amateur de Minas Gerais. El árbitro Gabriel Murta le pitó una falta a uno de los jugadores de Brumadinho y luego, según explicó, fue afrontado de manera agresiva por miembros del otro equipo quienes exigían la expulsión del jugador que había cometido la falta, por lo que el decidió sacar una pistola para aplacar dicha envestida.
Murta, no contento con esto, fue al vestuario y regresó a la cancha ¡con la pistola en la mano!. Llegó con una actitud bastante amenazadora y otros árbitros se acercaron a sacarlo de la cancha para evitar que ocurriera una tragedia.
Gabriel Murta de 27 años tiene derecho a portar armas porque es miembro de la Policía Militarizada de Minas Gerais pero en este caso se encontraba bastante fuera de lugar. Debido a su reacción, deberá pasar por evaluación psicológica pero no será sancionado porque el jefe de la Comisión de Arbitraje consideró que actuó de manera «comprensible» para cuidar su integridad física.
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