Si te sientes cansado y somnoliento luego de almorzar, es posible que necesites una siesta. Conoce las razones para tomarla y algunos consejos para tener una siesta reparadora.
¿Qué es la siesta?
Imagen de Hans Braxmeier en Pixabay
La siesta es un período de descanso breve del día que se utiliza para recuperar energías y seguir con entusiasmo el resto de la jornada.
Se cree que el hombre primitivo alternaba varios períodos de sueño y vigilia durante el día como lo hacen casi todos los animales. Pero la era moderna y la industrialización, aceleró el ritmo de vida de los humanos. Y poco a poco, redujo las horas de sueño a un solo período por día.
Beneficios de tomar la siesta
Estudios recientes han demostrado que tomar una breve siesta al día trae numerosos beneficios para la salud. Incluso algunas de las grandes corporaciones, destinan un espacio de sus oficinas para la siesta de sus empleados.
Entre los beneficios están que reduce la presión arterial y los riesgos de sufrir una enfermedad cardíaca. Ya que se disminuye el estrés y la producción de la hormona cortisol. Esto también ayuda a bajar de peso o a mantener un peso saludable, debido a que esta hormona evita la pérdida de peso.
Tomar un descanso por la tarde evita el mal humor, la irritabilidad y mejora el estado de ánimo en general. También se comprobó que aumenta la creatividad y optimiza el aprendizaje abstracto. De igual modo, aumenta la paciencia y reduce los niveles de frustración ante la resolución de problemas.
Por otro lado, facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo dejando espacio para nuevos recuerdos. De la misma manera, mejora la concentración y los reflejos. Nos permite estar más alertas en horas de la tarde luego de tomar la siesta.
En líneas generales nos ayuda a ser más productivos, refresca las energías y fortalece el sistema inmunológico.
Consejos para tomar la siesta
Imagen de FunkyFocus en Pixabay
Si vas a dormir una siesta durante el día es mejor seguir ciertas recomendaciones. La mejor hora para tomarla es entre las 2:00 y las 4:00 de la tarde, si lo haces luego, puede interferir con el sueño nocturno.
El tiempo de duración puede ser entre 20 a 40 minutos. Si te excedes mucho con el tiempo de descanso, también puede interferir con el sueño nocturno. Así mismo, en vez de despertar alerta, puedes despertar desorientado y confundido, lo que sería contraproducente con el objetivo de la siesta.
Por otra parte, debes escoger un lugar cómodo, libre de ruidos y ventilado, para aprovechar mejor el tiempo de descanso. Al levantarte de la siesta tómate un momento para volver a estar alerta, estira un poco los brazos y asegúrate de poder retomar renovado tus actividades.
No sustituye al sueño nocturno
La siesta es una herramienta poderosa para renovar energías y las facultades físicas y mentales. Pero no sustituye el sueño nocturno. Asegúrate de tener un sueño reparador todas las noches de al menos 8 horas.
Si tienes trastornos de sueño como el insomnio, no se recomienda tomar siestas en el día hasta que se puedan regular los patrones de sueño y vigilia. Si te sientes cansado a pesar de dormir lo suficiente y tomar siestas, consulta la médico. De lo contrario, toma un descanso cada día y te sentirás fresco y animado para afrontar tu jornada.