Durante años hemos tenido la falsa creencia de que mientras más cosas tengamos más felices seremos, pero esto en realidad es una ilusión.
No podemos poner nuestra felicidad en cosas, personas o experiencias pasadas, porque implicaría que somos dependientes de las circunstancias y objetos externos, algunos creen que poseer es sinónimo de ser feliz.
Sin embargo, ¿qué pasaría si dejamos ir?, ya se trate de una persona o un objeto. Si bien dejar ir puede ser doloroso, ¿puede el dolor, posiblemente, traer la felicidad?
Nuestra mente tiende a centrarse en el aspecto ilógico de esto pero, en esencia, dejando ir las cosas nos llevará a una vida mucho más feliz y plena.
Por ello, hay que dejar de lado la idea de que la felicidad está contenida en tus posesiones actuales. Ya se trate de un par de zapatos, el auto o el más reciente teléfono inteligente, nuestra mente cree que nuestras vidas van a mejorar y vamos a ser más felices sólo cuando estas cosas estén en nuestras vidas.
Y sí, podrían hacernos sentir emoción y alegría por un corto tiempo, pero nuestra capacidad de adaptación a nuestro medio ambiente tiende a aburrirnos fácilmente y a querer pasar a la siguiente cosa que nos va a traer de nuevo la felicidad.
Incluso en las relaciones creemos que una determinada persona nos hará felices, pero a veces nos damos cuenta de que simplemente no lo hace. Por lo que es importante dejar de lado la idea de que la felicidad se puede encontrar por medios externos. Todo lo que contribuye a tu felicidad está dentro de ti mismo.
De la misma manera, hay que dejar ir lo que no se puede controlar. Ya que tratar de controlar las situaciones que te rodean para ser feliz sólo terminará en infelicidad. A veces es mejor dejar que suceda de la manera en que está destinado a ser.
Luchar y obsesionarse con cambiar lo incontrolable sólo traerá frustración. Podemos lograr nuestra felicidad abriéndonos a otros caminos. Al liberar el control de las cosas y dejar ir puedes aprender a ser feliz en una forma totalmente diferente de lo que esperabas.
También hay que dejar de lado las posesiones del pasado, ya que aferrándonos a esas cosas estamos viviendo en él.
Si bien es bueno tener recuerdos, quien se aferra a demasiadas cosas del pasado no puede avanzar más. Literalmente hacer espacio en nuestros armarios, liberar espacio en nuestra mente también, y esto puede hacer maravillas para nuestra felicidad y realmente después de hacerlo sentimos que nos quitamos un peso de encima.
Esto también aplica para las personas que ya no le aportan nada a tu vida en el presente, aunque puede ser difícil dejar de lado a los amigos y amores pasados, es de suma importancia para nuestra propia felicidad dejar ir a estas personas.
El aferrarse a los recuerdos dolorosos o exponiendo constantemente nuestros pensamientos a las personas potencialmente tóxicas solamente dificultará nuestra felicidad.
Los amores y las relaciones pasadas pueden generar un hábito que persiste en nuestra mente, donde empezamos a olvidar las razones por las que no funcionó. Dejar ir alivia la presión que ponemos en nosotros mismos y en otros.
Por último, el dolor en la mayoría de los casos, aunque no lo creamos, conduce a la felicidad, todo el concepto de dejar ir es doloroso para nosotros.
A veces tenemos que pasar por procesos dolorosos para alcanzar nuestra felicidad, puesto que es cómo evaluamos y apreciamos lo que tenemos lo que nos hace felices, mientras libera el espacio necesario para nuevas y emocionantes experiencias, pensamientos y creencias.
Todo esto es lo que te ayuda a comprender cómo ser feliz, verdadera y genuinamente feliz.