2. Al piso
Por aire, por agua y hasta por tierra, estos hombres no pueden negarse y si ellas quieren un ángulo de «abajo hacia arriba, para que se vea el edificio de atrás», tiene que hacerlo, sin importar qué tan sucio esté el piso, si llueve, truene o relampaguee.
Pobre hombre, sencillamente no se puede negar y no puede darle vergüenza. Aunque para nosotros resulta sumamente gracioso.