El pasado sábado 21 de enero, tan solo un día después de que Donald Trump se posesionara como presidente de los Estados Unidos, millones de mujeres salieron a las calles de Washington y otras ciudades del mundo, para protestar pacíficamente en contra del nuevo mandatario.
Las calles eran ríos de mujeres con gorros rosa, que salieron a mostrar su desaprobación hacia el nuevo presidente que es una amenaza para ellas.
Una y otra vez ha quedado en evidencia que para Donald Trump las mujeres solo deben «estar buenas», menospreciando sus capacidades y derechos, por lo que el hecho de que una persona con este tipo de pensamientos esté en el poder es peligroso.
Y así el mismo presidente Donald Trump intente minimizar los supuestos actos de agresión física o verbal que protagonizó en el pasado hacia las mujeres, sus comportamientos dejan mucho que desear.
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Fue precisamente durante su llegada a la Casa Blanca y en la toma de juramento como Presidente, que el mundo vio pequeños pero reveladores detalles sobre su trato hacia las mujeres, específicamente hacia su esposa Melania Trump a quien dejó atrás varias veces.
Mientras que Barack Obama es sumamente respetuoso y cariñoso con su esposa Michelle, para Trump pareciera que su esposa ni existe. No la esperó al bajarse el auto en el que llegaron a la Casa Blanca (como sí lo hizo Obama cuando llegó por primera vez), ni estaba atento a su esposa.
Durante la campaña presidencial se conocieron varios relatos de mujeres de diferentes edades que denunciaron abusos por parte de Donald Trump. A eso se suman comentarios despectivos que él mismo lanzó en la campaña contra inmigrantes mexicanos, musulmanes y mujeres.
Durante una entrevista con Howard Stern, Trump hizo algunos comentarios de cuando adquirió la empresa dueña de Miss Universo, «estaban empezando a llevar (al concurso) a mujeres que tenían educación en vez de mujeres que estaban buenas (…) había una persona (en la organización) que estaba extremadamente orgullosa de que muchas mujeres (de Miss Universo) eran médicos. A mí eso no me interesaba«.
En octubre de 2016 ‘The Washington Post’ publicó una grabación de 2005 en la que Donald Trump charlaba con el presentador Billy Bush y decía que «cuando eres una estrella te dejan hacer lo que quieras. Lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo«.
En su libro ‘Trump 101’, escribió: «La belleza y la elegancia, ya sea en una mujer, un edificio o una obra de arte sólo es algo superficial o algo lindo que ver» y «las mujeres son, en esencia, objetos estéticamente agradables«.
También es bien conocido que llamó «Miss cerdita» a la ex Miss Universo, Alicia Machado y se encontró material de promoción de su candidatura en el que se calificaba a Hilary Clinton como una “zorra”. E incluso lo han acusado de intento de violación y de tocar a mujeres sin su consentimiento.
Se trata del presidente del país más importante del mundo, así no nos guste. Su discurso, sus políticas y comportamientos serán replicados no solo en Estados Unidos, sino en el mundo entero, atentando contra todo tipo de derechos humanos.
Por su parte el ahora presidente de los Estados Unidos continúa negando los reclamos de mujeres que dicen que él las tocó en forma inapropiada, las manoseó, y las besó sin su consentimiento.