El ácido salicílico es ideal para tratar varias afecciones en la piel. A continuación te contamos qué es y para qué sirve el ácido salicílico.
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Qué es el ácido salicílico
El ácido salicílico es un beta-hidroxiácido (BHA), una sustancia que se utiliza para tratar problemas en pieles grasas, mixtas y con acné. De igual modo, se emplea para tratar otras afecciones como psoriasis e ictiosis.
La psoriasis se caracteriza por presentar zonas enrojecidas y con escamas en ciertas áreas de la piel. Por su parte, la ictiosis, de origen congénito, presenta descamación y sequedad en la piel. Por lo planteado anteriormente, el ácido salicílico es un aliado ideal para distintas afecciones en la piel.
Para qué sirve el ácido salicílico: Acción exfoliante
El ácido salicílico produce un efecto exfoliante ya que tiene una acción queratolítica. Es decir, estimula la eliminación de células muertas y renueva las capas superiores de la piel. De este modo, disminuye las marcas y cicatrices de la piel. Aporta luminosidad y uniformidad en la piel del rostro.
Regula el sebo y limpia profundamente la piel
En las pieles grasas y mixtas, ayuda a regular la producción de sebo. De igual manera, evita la aparición de comedones y espinillas. Ejerce una limpieza profunda que evita los puntos negros y la obstrucción de los poros.
Elimina manchas en la piel
Debido a que renueva las capas de la piel, elimina manchas producidas por el sol o por el embarazo o debido a otros factores. Empareja el tono de la piel y corrige las imperfecciones.
Cómo usarlo
El ácido salicílico debe usarse en forma tópica. Viene en diferentes presentaciones como parches, cremas, sérums o geles. De igual manera, se encuentra en diferentes concentraciones.
Sin embargo, el ácido salicílico si se usa en concentraciones altas puede irritar la piel o causar descamación. Se recomienda su uso solo bajo recomendación médica. Se debe seguir lo que indique la receta, tanto el número de veces que se coloca como la concentración. De igual modo, se recomienda aplicarlo solamente en el área afectada y no en el resto de la piel para prevenir irritaciones.
Al principio, la piel puede tardar en habituarse a su uso, pero si los síntomas persisten se debe avisar al dermatólogo. No se recomienda su aplicación en mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni en niños. Ante cualquier duda consulte a su médico.