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8. El sueño de toda la vida
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«Cuando cumplí seis años, mi mamá empezó a comprarme muñecas Barbie coleccionables y me vestía con entusiasmo como si fuese una mujer. A mi madre le encantaba la delgada belleza de Barbie, los rizos dorados, el rostro lindo y las ropas hermosas…Mi madre me inspiró y me instó a ser exactamente igual. Me ponía en el espejo durante horas y hacía actuaciones para los amigos de mis padres, todos me apodaban la Barbie rusa«.
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