Parte de la búsqueda del ser humano es tratar de encontrar “vida extraterrestre”, paradójicamente se ha encontrado algo similar dentro de nuestro planeta. Los científicos descubrieron que los habitantes de la cueva “Movile” son realmente únicos. Las condiciones de vida de esta cueva rumana son de «otro mundo».
Esta cueva está ubicada a unas pocas millas al oeste del Mar Negro; ha estado sellada por 5,5 millones de años. Aunque el aire es tóxico e insoportablemente húmedo, esta mezcla de factores ha creado una “mina de oro” para los biólogos.
Pocas personas han tenido el privilegio de adentrarse en esta cueva (menos de 100), según la BBC Mundo. Fue descubierta en 1986, cuando los trabajadores de la República Socialista de Rumania buscaban nuevos caminos para construir una planta de energía nuclear.
El primero en investigarla fue el Geólogo Cristian Lascu y en España empezó a ser conocida hace dos años, cuando un video sobre la increíble vida que alberga obtuvo el premio Casa de las Ciencias de La Coruña. Sin embargo, el estudio del ecosistema se publicó recientemente por biólogos de la Universidad de Cincinatti, en la revista Science.
Actualmente no está permitido el paso, está custodiada por las autoridades y sólo se puede acceder con un permiso especial. De igual modo, el acceso a las cavernas centrales está limitado naturalmente por columnas verticales de piedra caliza y túneles bastante estrechos.
En el fondo de la cueva, el aire contiene la mitad de la cantidad de oxígeno que normalmente necesitamos, tiene gran cantidad de dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno. También es bastante oscura y no ha entrado la luz del sol durante al menos 5,5 millones de años.
Ahora bien, lo más curioso de esta caverna es que, a pesar de estas condiciones hostiles que normalmente no permitirían la vida en la tierra, los científicos han descubierto dentro de ella hasta 48 especies.
Entre las extrañas criaturas hay un conjunto de arañas, escorpiones de agua, pseudoescorpiones, ciempiés, sanguijuelas y crustáceos, 33 de los cuales son totalmente únicos, pertenecientes a esta cueva.
Ya que la luz del sol no entra a la cueva, la mayoría de las criaturas en ella no tienen visión y carecen de pigmentos. Son también, en general, de cuerpo alargado y con patas extra-largas, además de antenas que ayudan a guiarse en la oscuridad.
Para nuestra sorpresa, este mundo que parece alienígena se desarrolla como un ecosistema basado en bacterias quimiosintéticas. La mayoría de los ecosistemas utilizan la fotosíntesis para obtener energía.
Sin embargo, al carecer de luz solar en la cueva, las bacterias obtienen su energía y el carbono a partir de reacciones químicas tales como la oxidación de sulfuro o la oxidación de amonio, siendo un fenómeno particular y único de los habitantes de esta cueva.
Lo que aún no saben los científicos es cómo lograron llegar a la cueva estas especies: «Es muy probable que las bacterias hayan estado allí por más de cinco millones de años y los insectos quedaron atrapados también allí en esa época», dijo J. Colin Murrell, un microbiólogo de la Universidad de East Anglia a la BBC Mundo.
«Podrían haber caído simplemente en la cueva y quedar atrapados cuando el eje de piedra caliza se redujo, sellando la cueva hasta que se descubrió de nuevo en 1986».
Los científicos no han logrado acceder a todos los rincones de esta cueva. Todavía hay muchos misterios ocultos en lo profundo de la cueva Movile, pero incluso después de sólo 30 años de conocer su existencia, los investigadores aún tienen muchas más especies que descubrir, algunas de las cuales podrían contener los secretos y las respuestas de la biología evolutiva y la naturaleza de la vida misma.