18. El experimento de la prisión de Stanford
Considerado como uno de los experimentos psicológicos más antiéticos de todos los tiempos, el experimento de la Prisión de Stanford estudió los efectos psicológicos que un entorno penitenciario podría tener en el comportamiento. En 1971, una prisión simulada se construyó en el sótano del edificio de psicología de la Universidad de Stanford y 24 estudiantes varones fueron seleccionados al azar para desempeñar el papel de prisionero o guardia de la prisión durante dos semanas.
Los estudiantes se adaptaron a sus papeles un poco demasiado bien, haciéndose agresivos hasta el punto de infligir tortura psicológica. Incluso el profesor de psicología Philip Zimbardo, quien actuó como superintendente del experimento, se mostró susceptible a sus efectos, permitiendo que el abuso continuara.
El estudio fue cancelado después de sólo seis días debido a su intensidad, pero demostró que las situaciones podían provocar ciertos comportamientos, a pesar de las tendencias naturales de un individuo.