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6. Banco Central de Irak
Al otro lado del mundo ocurrió ese increíble robo. Resulta que el 19 de marzo de 2003, Saddam Hussein envió a su hijo Qusay al Banco Central con una nota en la que le exigía a los gerentes que le dieran 920 millones de dólares en efectivo.¡Era el hijo de Saddam! ¿Quién iba a discutirlo?
Tiempo después encontraron unos 650 millones de dólares escondidos en una pared falsa del palacio de Uday Hussein, el hijo mayor de Saddam. El resto del dinero jamás se recuperó. Y tanto Saddam como su hijo Uday, ya murieron.