6. Muros del Norte de Irlanda
La religión ha separado por años a la gente de Irlanda del Norte. De hecho, las calles de muchas ciudades de Irlanda del Norte fueron escenario de enfrentamientos violentos entre grupos armados de las comunidades católica y protestante.
Por eso, para tratar de evitar los conflictos se levantó un muro en Belfast en 1969 que separaba los barrios en los que vivían ambos grupos.
Desde entonces, las barreras han llegado a alcanzado los seis metros de altura y su longitud en diferentes puntos de la ciudad va desde varios cientos de metros hasta los cinco kilómetros. Se calcula que hay un centenar de muros que suman unos 20 kilómetros.
Aunque no han habido enfrentamientos en los últimos años, los muros continúan en pie y las puertas de metal siguen cerrándose cada noche, en una especie de toque de queda.