Durante décadas, el espacio fue la última frontera. Pero a medida que avanza la exploración espacial, los científicos cada vez más apuntan a una nueva frontera: Marte.
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El primer módulo de aterrizaje en llegar a Marte se lanzó hace casi 50 años, pero mucho sobre el planeta rojo sigue siendo un misterio.
Los científicos todavía están intentando traer muestras del suelo rojo de Marte a la Tierra para su posterior estudio y los viajes humanos a Marte aún están a años de ser factibles.
Después de décadas de deambular, investigar y tomar fotos esclarecedoras del planeta rojo, la pregunta más importante sigue siendo: ¿podría haber vida en Marte?
Desglose de un planeta
Para comprender el potencial de vida de Marte, debemos retroceder en el tiempo unos 3 o 4 mil millones de años.
En ese momento, Marte y la Tierra compartían muchas de las mismas características.
El planeta rojo era cálido y húmedo, con una atmósfera robusta, muy lejos del lugar frío e implacable que es hoy.
«Marte es un planeta que comenzó con las mismas materias primas que la Tierra, pero en el camino ha sufrido cambios», dijo el director de exploración humana y robótica de la Agencia Espacial Europea, David Parker. «Se podría decir que se descompone«.
Debido a que alguna vez fue el planeta hermano de la Tierra, Parker dijo que los científicos deben preguntarse: «Cuando la vida comenzó en la Tierra, ¿comenzó en Marte?»
Marte perdió su campo magnético, lo que significa que nada protege al planeta (o posibles formas de vida) de la radiación.
Marte también perdió la mayor parte de su atmósfera, otra desviación de la Tierra, donde la atmósfera sustenta la vida al darnos oxígeno y actuar como una manta para el planeta.
«Marte todavía tiene una atmósfera, pero es muy delgada y principalmente dióxido de carbono, por lo que es más frío«, explicó Parker.
Eso significa que la temperatura promedio en Marte es de -81 grados Fahrenheit, lo que lo convierte en un planeta implacable para la mayoría de las formas de vida.
Señales de vida
Pero el hecho de que Marte esté frío y sin protección no significa que los científicos hayan descartado encontrar vida.
En 2018, el rover Curiosity de la NASA encontró materia orgánica en Marte, lo que podría significar que los bloques de construcción para la vida alguna vez existieron, o aún existen, en Marte.
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«La preservación de la materia orgánica es fundamental para comprender el potencial biológico en Marte a través del tiempo», escribieron investigadores de la NASA en la revista Science.
«Ya sea que tenga un registro de la vida antigua, sea el alimento para la vida existente o haya existido en ausencia de vida, la materia orgánica en los materiales marcianos tiene pistas químicas sobre las condiciones y procesos planetarios».
El vehículo explorador de la NASA también detectó metano en Marte, que se considera la molécula orgánica más simple y podría ser otra pista química de la vida.
«Con nuestras mediciones actuales, no tenemos forma de saber si la fuente de metano es biología o geología, o incluso antigua o moderna», dijo Paul Mahaffy, director de la División de Exploración del Sistema Solar de Goddard de la NASA, en un comunicado de prensa de junio.
Mientras tanto, el ExoMars Trace Gas Orbiter de Europa y Rusia se lanzó en 2016 con el objetivo de detectar gases atmosféricos que podrían significar que hay vida biológica activa en Marte.
Parker de la ESA dijo que si bien el Curiosity Rover encontró metano en partes de la superficie, no detectó metano en toda la atmósfera de Marte.
«No hemos visto metano a nivel mundial en Marte, lo que significa que el gas metano se está produciendo de alguna manera«, dijo Parker. «Entonces, ¿hay un ciclo de metano en Marte?»
El descubrimiento de metano localizado presenta un avance emocionante porque una fuente común de metano en la Tierra es la vida microbiana, según la NASA.
El agua es clave
El agua y el hielo en Marte también proporcionan pistas valiosas que sugieren que Marte podría ser más habitable de lo que alguna vez se pensó.
En 2015, los científicos de la NASA pensaron que encontraron evidencia de flujos ocasionales de agua salada a través de la superficie de Marte.
Sin embargo, otro estudio de la NASA en 2017 determinó que los flujos eran probablemente granos de arena y polvo.
Pero otro avance se produjo en 2018 cuando la Agencia Espacial Europea detectó un pequeño lago de agua líquida debajo de la capa de hielo polar del sur de Marte, que según la ESA podría contribuir aún más al conocimiento sobre la evolución y habitabilidad de Marte.
Y este año, el rover Curiosity de la NASA encontró evidencia en el Cráter Gale de Marte de que una vez hubo lagos salados antiguos en la superficie, otra pista de que el planeta rojo podría haber sostenido la vida microbiana.
«El agua es clave porque casi en todas partes encontramos agua en la Tierra, encontramos vida«, escribió la NASA en su sitio web.
No solo el agua líquida le interesa a los científicos espaciales, sino también el hielo. Parker dijo que la ESA está trabajando actualmente en la investigación sobre el hielo debajo de la superficie de Marte.
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«Estamos recibiendo cada vez más información sobre el hielo de agua subterráneo… está más lejos de los polos de lo que pensábamos», dijo Parker a CNN.
El hielo podría ser una prueba más de las condiciones habitables y también podría ser un recurso valioso si las agencias espaciales envían humanos a Marte algún día.
¿Misiones humanas a Marte?
Para desentrañar los misterios más complejos que rodean la vida en Marte, los científicos quieren recolectar muestras, lo que requeriría una misión de ida y vuelta.
«Debido a que los instrumentos científicos realmente poderosos son enormes, no podemos llevarlos y nunca podremos llevarlos a Marte.
Por lo tanto, necesitamos traer a Marte a la Tierra«, dijo Parker. «Al traer de vuelta a Marte, podemos estudiarlo durante los próximos 50 años«.
Aunque ninguna agencia espacial ha descubierto aún cómo lanzar una nave no tripulada desde la superficie de Marte para llevar muestras a la Tierra, una forma de traer muestras marcianas sería que los astronautas y los cosmonautas las recogieran en persona.
Pero llegar a Marte, que en su punto más cercano todavía está a unos 33,9 millones de millas de la Tierra, sería una hazaña de ingeniería.
«Es un orden de magnitud más alejado. Estás hablando de una misión de ida y vuelta de 3 años«, dijo la portavoz de la NASA, Stephanie Schierholz.
Si llegar a la Luna fue un gran salto para la humanidad, llegar a Marte sería más como un salto olímpico.
Y a diferencia de viajar a la Estación Espacial Internacional (a solo 250 millas sobre la Tierra), viajar a Marte podría requerir mucho más equipaje.
«Enviamos misiones de reabastecimiento cada pocos meses (a la estación espacial)«, dijo Schierholz. «No tenemos el lujo de hacerlo si vamos a Marte«.
A pesar de los desafíos, la NASA tiene como objetivo enviar astronautas a Marte para 2035. Eso significa que la primera vida en Marte podríamos ser nosotros.