No es ninguna sorpresa que el recientemente anunciado plan de Australia de matar a 2 millones de gatos salvajes en 2020 recibió mucha reacción negativa. Y después de fuertes protestas de algunos disidentes muy famosos, el gobierno está tratando de defender su decisión.
Según el gobierno australiano, el sacrificio no es parte de una agenda cruel contra los gatos. En Australia, los gatos salvajes – que fueron introducidos por los primeros colonos europeos – se han convertido en una gran amenaza para la fauna nativa. Se les culpa de la extinción de varias especies únicas del país. Al igual que muchas especies invasoras, al prosperar y reproducirse, el problema sólo está empeorando.
Por su parte, el cantante británico Morrissey y la actriz francesa Bridgette Bardot, ambos veteranos activistas por los derechos de los animales, han escrito cartas abiertas al gobierno condenando el sacrificio.
«Los gatos son, de hecho, dos millones de versiones más pequeñas de Cecil el león«, escribió Morrissey, calificando el sacrificio como «idiotez». De igual modo, Bardot consideró el «genocidio animal» como «inhumano y ridículo».
Debido a que son adorables mascotas, el calificar a los gatos como plagas peligrosas puede ser una pastilla difícil de tragar. Incluso en Australia, los gatos como mascotas son aceptados, siempre y cuando sean castrados, lleven microchip y no se les permita vagar y cazar.
En una carta abierta que comienza agradeciendo a Bardot por su compromiso con la protección de la vida silvestre, el Comisionado de Especies Amenazadas de Australia, Gregory Andrews, trató de defender la posición de su gobierno.
«Contamos con más de 500.000 especies, la mayoría de las cuales no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, nuestros animales y plantas nos definen como nación, así que cuando los perdemos, también se pierde una parte de lo que somos como país». Escribió Andrews.
«Pero nuestra vida silvestre ha sufrido una de las tasas de extinción más altas del mundo. Hemos perdido 29 especies de mamíferos australianos únicos, en los últimos 200 años. Esto representa el 35 por ciento de las extinciones de mamíferos modernos del mundo y es la tasa más alta».
Gran parte de esto, explicó Andrews, se puede atribuir a la proliferación rápida y a las habilidades de caza de la población del gato salvaje. Los gatos salvajes, dijo, han sido señalados como amenazas directas a por lo menos 124 de las especies del país.
El sacrificio de 2 millones se centrará en los gatos que viven en áreas remotas del desierto, donde la vida silvestre está más amenazada. Insistió en que el sacrificio es sólo parte de un esfuerzo mayor que también incluirá la construcción de cercas para evitar que los gatos salvajes entren en las zonas amenazadas.
Según Andrews , nadie está disfrutando de la idea de matar a un grupo de gatos. E incluso si los 20 millones que viven allá fuesen aniquilados, Australia todavía tendría algunas de las demás especies invasoras en el mundo. Agregó que el sacrificio es ambientalmente correcto y necesario.
Sin embargo, para los dueños de mascotas y amantes de los animales, evidentemente es cruel y poco ético la matanza por envenenamiento de un número tan alto de gatos, considerando que la especie humana fue quien trajo a la especie invasora a ese país. Habría que considerar otras formas de solucionar el problema.
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