Los osos pueden parecer animales muy agresivos y salvajes pero aunque no lo creas los osos negros, especialmente los americanos, son relativamente tímidos. La mayoría de sus ataques sólo ocurren cuando buscan defenderse ante alguna amenaza.
Generalmente su timidez hace que se mantengan alejados de los humanos pero su muy buen olfato los atrae a las mascotas y a la comida de la gente.
En el 2008, un oso negro fue encontrado paseando en un hogar buscando refugio. Seguidamente, llamaron a Control Animal para tranquilizar al oso pero el sedante no hizo efecto inmediato y el animal comenzó a deambular aventuradamente.
Entró al mar para nadar y refrescarse pero, a pesar de que los osos son muy buenos nadadores, éste no estaba en condiciones de nadar y los efectos del sedante comenzaron a afectar los músculos del oso.
Intentó algunas maniobras pero no podía estabilizarse. Era obvio que se estaba ahogando puesto que cada vez tardaba más en subir a la superficie. En ese momento fue que Adam Warwick decidió entrar al agua y salvar a un oso en peligro.
Adam es un biólogo que trabaja con la Wildlife Commission. Lo sujetó y mantuvo su cabeza en la superficie. De no ser por el sedante, el oso hubiese considerado este acto como una amenaza por lo que Adam pudo haber estado en graves problemas.
Luego de guiar al animal de vuelta a la tierra, el oso cayó exhausto. Por suerte lo esperaba un tractor que ayudó a regresarlo a un lugar seguro.