Conoce la extraña historia de Lisa Alamia, una mujer texana con ascendencia mexicana, de 33 años, madre de tres hijos y que vive en Rosenberg, quien fue sometida a una operación de la mandíbula.
Antes de entrar a la cirugía, tenía un acento típico de Texas, con notas hispanas. Pero lo curioso de este caso es que al despertar, Alamia comenzó a hablar con un acento británico.
Alamia, en un principio no notó ningún cambio, «pero mi esposo me dijo que hablaba gracioso”. Sus hermanas también notaron la diferencia y una de ellas le dijo que era un acento británico. “Lo hablamos con el médico y él pensó que todo era producto de la cirugía y que se resolvería cuando sanara, pero no fue así”.
Inicialmente, los médicos consideraron que la forma de hablar de Alamia era el resultado de las condiciones postoperatorias, alguna tensión física que se eliminaría con el paso del tiempo, pero más de seis meses después de su cirugía, Alamia continúa hablando como una británica.
Por eso tomó la decisión de visitar al doctor Toby Yaltho, un neurólogo de Houston, quien diagnosticó su rara condición, llamada el síndrome del acento extranjero. Éste consiste en que una persona habla con un acento distinto al propio luego de algún tipo de trauma cerebral o derrame. En algunos casos, como el de Alamia, no hay una causa clara.
Es tan peculiar y poco común que se han registrado apenas unos 100 casos conocidos de personas con este síndrome en los últimos 100 años, dijo el doctor Yaltho a la televisora local KTRK, afiliada de CNN.
«La mayoría de los neurólogos trabajan toda su vida y nunca se topan con un caso así», dijo.
El doctor Yaltho le practicó a Alamia un examen neurológico completo concluyendo que ella no tenía ninguna lesión cerebral, ni había sufrido un ataque, ni complicaciones por su cirugía.
Alamia dijo que el doctor Yaltho le informó que «hay algo que está pasando en mi cerebro que causa el acento».
Respecto a este síndrome, el primer caso conocido se informó en 1941, cuando una mujer noruega sufrió heridas en el cerebro durante un bombardeo alemán y luego empezó a hablar con un acento alemán.
«Es un deterioro del control motor», afirmó el Doctor Karen Croot, uno de los pocos expertos en el síndrome de acento extranjero. «El habla es una de las cosas más complicadas que hacemos, y hay una gran cantidad de centros cerebrales implicados en la coordinación de una gran cantidad de piezas móviles. Si uno o más de ellos están dañados, pueden afectar el tiempo, la melodía y la tensión de su discurso”.
Agregó: «En cierto sentido, no es un impedimento en la comunicación; una persona puede darse a entender perfectamente bien».
Pero el síndrome del acento extranjero puede ser psicológicamente difícil para los enfermos. «Tiene que comprenderse lo difícil que puede ser para la persona con el acento adquirido», concluyó Croot. “Si se piensa en su propio acento, vemos que es una parte de su identidad. Cambiar su acento proyecta una identidad diferente”.
El caso de Alamia es más desconcertante porque ella nunca ha estado en Gran Bretaña, no conoce personas con acento británico, ni siquiera puede recordar haber visto programas de televisión o películas con personajes con ese acento.
El doctor Yaltho le recomendó terapia del lenguaje, por su parte, Alamia informa que ya unos meses después de la terapia el acento británico no es tan marcado, pero aunque al principio le preocupaba que la gente creyera que ella estaba fingiendo. Ahora ha aceptado su condición y aspira a mejorar.
Incluso comenta que si su acento texano no regresa estará conforme: «Estoy completamente confortable con quedarme como soy», dijo Alamia a KTRK. «El acento no define quién soy. Todavía soy la misma persona que era antes de la cirugía, solo hablo diferente».
Lisa agregó: “No puedo negar que era un poco aterrador, pero tengo la esperanza de que ahora voy a obtener mi tono de voz normal de nuevo”.
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