Es realmente maravilloso que en pleno siglo XXI nos podamos sorprender con algo. En un mundo lleno de tecnología donde parece haberse descubierto todo, apareció una tribu indígena en las selvas de Brasil de la que no se tenía conocimiento sobre su existencia.
Lo más increíble es que fue una casualidad y una coincidencia que fuera precisamente un fotógrafo profesional el que estuviera allí en el momento justo
Ricardo Stuckert, un reconocido fotógrafo brasileño, viajaba al pueblo Caxinauá, el el estado de Acre, para hacer una sesión de fotos, pero no se imaginaría el rumbo que aquel viaje tomaría.
En medio del viaje el clima cambió y se desató un fuerte aguacero que obligó al helicóptero a volar sobre la selva del estado de Acre. Cuando la lluvia pasó la tripulación decidió regresar al punto de partida antes de que anocheciera y fue ahí que descubrieron a una tribu indígena aislada del mundo en medio de la selva.
No pudieron llegar a su destino ese día, pero en cambio vivieron una experiencia única cuando vieron una tribu indígena en la frontera con Perú. Y le entregaron este histórico material a la historia de la humanidad.
«Después de la lluvia, fuimos y vimos algunas chozas de paja. Estábamos volando muy rápido, pero vimos plantaciones y decidimos volver. Encontramos a la tribu y empezamos a fotografiar«, le dijo Stuckert a la BBC.
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Cuando la tribu se percató de su presencia los identificó como una amenaza y respondieron disparando docenas de flechas hacia el helicóptero. Cuenta Stuckert que las miradas de sorpresa y enojo eran evidentes.
En el sobrevuelo que duró tan solo siete minutos el fotógrafo capturo varias imágenes.
Sin embargo, José Carlos Meirelles, conocedor de bosques que trabajó en la Fundación Nacional del Indígena (Funai) y que viajaba también en el helicóptero, dijo que «es un registro importante, pero es una agresión. Por lo tanto, tenemos cuidado de no volar más bajo para no asustarlos tanto. Por otro lado, el mundo tiene que saber que existen y que necesitamos políticas para conservarlos«.
«Es como encontrar una aguja en un pajar. Pura suerte«, dijo sorprendido el fotógrafo Ricardo Stuckert.
Por ahora, la tribu es identificada como los «indígenas de Maíta», porque vive cerca del río del mismo nombre y por lo que pudieron ver, se compone de alrededor de 300 personas.
Según Meirelles no hay ningún informe de alguna aproximación de esa tribu con pueblos civilizados u otros grupos indígenas. Hasta antes de las fotografías no se sabía nada de ellos, probablemente porque viven en una zona de difícil acceso para los madereros, mineros y caucheros.
En los siete minutos de sobrevuelo Stuckert y Meirelles identificaron que las mujeres usan faldas y tienen plantaciones de algodón (por lo que son tejedores), planta maíz, plátano, yuca y papa. Algunos miembros tienen cortes de cabello extraños, como la mitad de la cabeza calva y largo de la mitad para atrás.
Son indígenas más altos, en comparación a otros, y los hombres atan su pene a una especie de cinturón. Viven en un área de 630 hectáreas que son tres reservas indígenas: Kampa Isolados de Envira, Alto Tarauacá y Riozinho do Alto Envira.
El fotógrafo dice que este ha sido el registro más emocionante de su carrera, y le encantaría volver ahí pero sabe que puede ser contraproducente, «creo que no podemos tener contacto. Necesitamos preservarlos y quiero que mis fotos sirvan para protegerlos para que no tengan problemas externos» dijo.
«Estaba muy feliz de saber que están bien. Fue muy bueno ver que tienen cultivos y están en su espacio. El problema es que nadie sabe hasta cuándo«, dijo el fotógrafo haciendo alusión a la deforestación de la selva.