Es una avance científico sin precedentes que cumpliría el sueño de muchos, correr el tiempo atrás para rejuvenecer órganos y vivir más.
En el Instituto Salk en La Jolla, California, hay un equipo de científicos trabajando en nuevas técnicas para hacer que el tiempo biológico corra hacia atrás, rejuveneciendo órganos y ayudando a los animales a vivir más tiempo, de forma científica y no con cremas o bebiendo algún elixir mágico.
En el primer intento para revertir el envejecimiento reprogramaron células y lograron rejuvenecer órganos de ratones haciendo que la vida de los roedores se expandiera en un 30 por ciento.
Leonard Guarente, quien estudió la biología del envejecimiento en el M.I.T dijo al New York Times que «esto es enorme. Es un hallazgo bastante notable, y podría ser muy importante en la historia de la investigación del envejecimiento«.
Es que se trata de revertir, el envejecimiento, el sueño de millones de personas y la obsesión de muchos.
El hallazgo se basa en la idea heterodoxa de que el envejecimiento no es irreversible y que el reloj biológico de un animal puede volverse atrás, a un estado más joven.
«El envejecimiento es un gran problema social y el principal factor de riesgo para todas las enfermedades que sufrimos. Mejorando la forma de envejecer, reduciremos el riesgo de padecer muchas enfermedades. Nuestro objetivo no es sólo lograr que vivamos más años, sino que vivamos más años sanos, que los años sean saludables y que no tengamos que sufrir los síntomas y enfermedades del envejecimiento«, dijo a El Mundo Juan Carlos Izpisúa Belmonte, integrante del equipo de investigación.
No es la primera vez que se hace algo por el estilo, pero en esta ocasión se mejoraron algunos riesgos.
En 2006, Shinya Yamanaka descubrió que las células podrían ser devueltas a células madre embrionarias al inducir la expresión de cuatro genes ahora conocidos como los factores Yamanaka. Sin embargo, reprogramar las células a un estado embrionario también generó complicaciones. Entre 2013 y 2014 investigadores encontraron que el proceso generó crecimientos cancerosos o insuficiencia de órganos de células adultas que habían perdido su identidad.
Por esa razón los científicos de Salk debían hacer algo diferente e intentaron hacer una reprogramación parcial, sólo indujeron a los genes de dos a cuatro días y así la célula conserva su identidad, solo se convierte en una versión más joven de sí misma. ¡Brillante!
Los ratones con los que trabajaron recibieron un tratamiento de reprogramación parcial y vivieron durante 24 semanas en promedio, mientras que los animales que no fueron tratados vivieron sólo 18 semanas.
La técnica, que requiere ingeniería genética, aún no puede ser aplicada en personas, pero este logro apunta hacia una mejor comprensión del envejecimiento humano y la posibilidad de rejuvenecer tejidos por otros medios.
“Obviamente, los ratones no son humanos y sabemos que será mucho más complejo rejuvenecer a una persona”, dice Belmonte. “Pero este estudio muestra que el envejecimiento es un proceso muy dinámico y plástico, y por lo tanto será más susceptible a intervenciones terapéuticas de lo que pensábamos anteriormente”.