La historia impresionaba a cualquiera: un joven fotógrafo brasileño que luego de pasar por el abuso infantil y la leucemia se fue a zonas de guerra del mundo, incluyendo a Irak y Siria, para retratar el sufrimiento humano.
El resultado eran imágenes imponentes, que podrían ser incluidas en las páginas de cualquier periódico del mundo.
El problema es que gran parte de esta historia resultó una mentira.
Eduardo Martins, quien presuntamente es originario de Sao Paulo, Brasil, y tiene 32 años, se presentaba en su perfil de Instagram, donde tenía 127.000 seguidores, como un fotógrafo de Naciones Unidas en los campos de refugiados.
Describía su vida diaria con grandilocuencia heroica.
«Una vez, durante un tiroteo en Irak, dejé de fotografiar para ayudar a un niño que había sido golpeado por una bomba molotov y lo saqué de la zona de fuego. Dejé de ser un fotógrafo y fui un ser humano», dijo en una entrevista para la revista Recount en octubre de 2016.
El testimonio estaba ampliamente ilustrado por imágenes del conflicto en Gaza, Siria e Irak, mismas que había publicado en su cuenta de Instagram.
Decía que le gusta el surfeo, por lo que las fotos del drama de la guerra se intercalaban con imágenes de él sobre una tabla, en supuestas playas de Australia.
Para apoyar la autenticidad de sus fotos e historias, el hombre hacía referencias a publicaciones suyas en la prensa y mencionaba que era parte de la ONU. Para aumentar la veracidad, compartía los cálidos comentarios de sus «amigos».
Entre los supuestos saludos estaba el de un reportero de The Wall Street Journalque se identificó como Thomaz Griffin, pero el diario estadounidense dijo a BBC Brasil no tiene ningún empleado con ese nombre.
Al mismo tiempo, a través de Instagram, Martins se ganó la confianza de gente real y reconocida en el medio.
Este fue el caso del fotógrafo brasileño Marco Vitale, quien llegó a recomendar sus fotos a editores de varias publicaciones internacionales.
Sospechas
En junio de este año, Martins contactó a BBC Brasil para ofrecer sus historias y fotos de forma gratuita.
Se negó a hablar por teléfono bajo el argumento de que estaba en el frente de batalla de Mosul, Irak, la ciudad disputaba por las fuerzas de seguridad del país y el grupo extremista autodenominado Estado Islámico.
Enviaba mensajes de voz por WhatsApp, siempre en archivos de audio, nunca grabados al instante.
BBC Brasil publicó una entrevista acompañada de imágenes y video de Martins. En el material, que ya fue retirado del sitio, explicaba que su trabajo estaba impulsado por la necesidad de alertar al mundo sobre los horrores de la guerra
La sospecha de que era un engaño vino después de que se acercó a la periodista Natasha Ribeiro, una colaboradora de BBC Brasil que vive en el Medio Oriente.
Ella desconfiaba de su discurso y las preguntas aumentaron cuando, en el verdadero Irak, periodistas brasileños dijeron que no era conocido allí.
Nadie entre las autoridades y las organizaciones no gubernamentales en Siria o Irak, lo habían conocido o visto.
Que nadie lo conociera parecía algo imposible, pues Martins fue protagonista este año de un reportaje de Vice en Brasil cuyo título era «En el frente con los Peshmerga».
De modo gráfico, el texto describe cómo fue la muerte de seis soldados del ejército kurdo y 14 combatientes de Estado Islámico, una historia que no se sostiene.
Otros dos periodistas brasileños que han estado con los Peshmerga, en el periodo en que Martins dijo que también estuvo, dijeron a BBC Brasil que nunca conocieron al supuesto fotógrafo.
Uno de ellos dijo que Martins le hizo una propuesta vía Instagram: «Estoy haciendo un documental con Netflix en Mosul y me preguntaba si tienes interés en participar. Abrazos, hermano».
Al ser consultado por BBC Brasil, Netflix dijo en un comunicado que el trabajo nunca fue solicitado.
Credenciales falsas
Fernando Costa Netto, un fotógrafo y socio de la casa de exposiciones DOC Galeria, dijo que estuvo en contacto con Martins, quien aseguraba estar en Irak.
«Yo estaba organizando una exposición de fotos de brasileños en zonas de conflicto y estaba en contacto con él. De repente desapareció por más de una semana. Como pensé que había sido secuestrado por Estado Islámico, contacté a colegas brasileños en Irak. Cuando comenzamos la búsqueda, reapareció afirmando haber tenido un simple problema de conexión a internet», dijo Costa Netto, quien sabía de las sospechas sobre la identidad de Martins.
Las cosas no coincidían, Eduardo Martins no era quien decía ser y no estaba donde decía haber estado.
Cuestionado por BBC Brasil en agosto, Martínes dijo vía WhatsApp: «Soy un humanitario (voluntario) en el campo de la ONU y trabajo en la organización de los campos de refugiados», dijo.
Su posición le permitiría obtener las imágenes, pero sus credenciales eran falsas.
«Verificamos y no pudimos encontrar ningún registro de Eduardo trabajando para el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Estamos investigando lo que podemos hacer acerca de las declaraciones que hace sobre nosotros», dijo a BBC Brasil Adrian Edwards, jefe de prensa de la organización en Ginebra.
En una foto que aparecía sonriente, rodeador por niños, Martins afirmó estar en un albergue para menores con VIH en Kenia.
Consultada al respecto, la fundadora del refugio, Mary Wanderi, dijo que ningún brasileño con ese nombre o apariencia fue visto en sus instalaciones.
Además, Martins había entablado relaciones afectivas con al menos cinco mujeres, todas bellas y exitosas en sus respectivos campos de trabajo, a través de redes sociales.
Pero ninguna de ellas pudo conocerlo en persona, dijeron tras ser contactadas. Pidieron que se reservara su identidad.
Plagio
Si Eduardo Martins no era el autor de las imágenes, ¿de dónde las tomó?
Los derechos de autor de las fotos no podían ser rastreados a través de los motores de búsqueda de imágenes ya que Martins realizó ediciones de ellas.
BBC Brasil contactó al fotógrafo estadounidense Daniel C. Britt, pues existía la sospecha de que al menos algunas fotos le pertenecían.
«Esto es lo que sé: Eduardo Martins ha robado imágenes de varios sitios, incluido el mío, y las ha revendido a la agencia Getty Images y a Zuma Press».
Para ocultar el robo intelectual, Martins invertía el plano horizontal de las imágenes, por lo que hasta el mismo Britt se demoró en sospechar que era víctima de plagio.
BBC Brasil encontró que al menos nueve fotografías de Britt fueron utilizados por Martins.
Desaparición
En mayo de 2016, The Wall Street Journal publicó una imagen de rebeldes sirios en la ciudad de Azaz con el crédito de fotógrafos independientes de la agencia Zuma.
En Instagram, Martins dijo que la imagen era de él, sin embargo fue hecha por Britt el 28 de octubre de 2013 en la ciudad de Hama, también en Siria.
En la entrevista para la revista Recount, tres de las 13 fotografías publicadas pertenecen a Britt, pero tienen el crédito de Martins.
En los pies de foto, los lugares donde fueron tomaron las imágenes estaban intercambiados.
Por ejemplo, Martins publicó la foto de «un niño palestino gritando después de un enfrentamiento con las fuerzas israelíes».