Nunca es tarde para tomarse el tiempo de analizar y cuidar nuestros hábitos a la hora de navegar por Internet, en busca de proteger nuestra privacidad y por seguridad. Lamentablemente cuando Internet llegó, todo evolucionó demasiado rápido, tener el mundo a nuestro alcance llegó a ser posible, pero así mismo evolucionaron los delitos digitales.
Cuando apareció ICQ, Hi5!, MySpace y el mismo Facebook, todos nos aventuramos a crear perfiles, compartir fotos, hablar con desconocidos y demás, sin pensar en los efectos secundarios. Tristemente siguen existiendo millones de personas en el mundo que son víctimas de asuntos ‘simples’ como el hackeo de una cuenta, hasta robos bancarios, extorsiones digitales, o incluso que son víctimas de otros crímenes después de que los delincuentes han estudiado los hábitos que sus víctimas tienen en redes sociales.
No se trata de entrar en un estado de paranoia, pero sí de tener cuidado. Actualmente, por encima de otro tipo de bienes valiosos, lo que más tiene valor es la información, datos personales, financieros, privados y demás.
Por eso hay que tener cuidado con nuestra forma de actuar y con los dispositivos que usamos, entre otras cosas. Recordemos que hace poco se descubrió que una marca de televisores robaba y vendía información de sus clientes.
Si tienes un teléfono, computadora, un iPad o siquiera una cuenta de correo electrónico, este artículo es para ti.
1. Usa contraseñas
¿Te imaginas tener una cuenta bancaria sin una contraseña?, claro que no, porque cualquiera entraría fácilmente a robar tu dinero. Lo mismo sucede con tus cuentas (de correo, redes sociales o cualquier servicio) y con tus dispositivos (teléfonos, computadoras, tabletas, televisores y demás). Aunque suene increíble, hoy en día hay personas que no le tienen contraseñas o códigos de bloqueo a sus teléfonos.
¿Te imaginas qué pasa si tu teléfono cae en manos equivocadas?, no pienses en el valor económico del dispositivo, eso es lo de menos. Piensa, ¿qué tipo de aplicaciones usas? Esa persona podría entrar a todas ellas, a tu correo que es tu centro de operaciones, es ahí donde se
restablecen contraseñas de otros servicios, puede acceder a datos sensibles como tus fotos, los datos de tus contactos, puede hacerse pasar por ti, robar tu identidad y muchísimas cosas peores.
No tener contraseñas es como dejar tu casa o tu auto con las puertas abiertas.
¡Usa contraseñas! Y por favor, que no sean ‘0,0,0,0’ o ‘1,1,1,1’, o un cuadrado en los códigos de puntos de Android, ni mucho menos tu fecha o año de cumpleaños. No seas predecible. Procura que tenga al menos siete dígitos, mezcla letras, números, símbolos, mayúsculas y números.