3. ¡No tiene ojos!
El niño es un engendro sin ojos y con bigote, ¡que horror!
4. Toda una obra de arte
El intercambio de caras no es solo entre personas. Puedes tomar un cuadro, ¿qué tal la Monalisa?, o bueno, cualquier otro. A él le luce la cara regordeta, aunque la pintura del fondo se arruinó con la cara de él.