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5. Robert Alton Harris
Después de asesinar a dos adolescentes a sangre fría para robarles su coche en el año 1978, Harrisen fue finalmente condenado a muerte por el siniestro en 1992. Falleció 10 minutos después de que los funcionarios de la prisión de San Quintín abrieran el conducto de gas de cianuro, convirtiéndose en el primer ejecutado en el estado de California desde el año 1967. Las últimas palabras que salieron de su boca fueron: “Usted puede ser un rey o un barrendero, pero todo el mundo baila con la parca”.