13. «¡Me está tocando el trasero!»
Este pícaro gatito se aprovechó de la situación para tomar desprevenido al pobre perro y tocarle el trasero, todo un perverso.
14. !¿Pero qué…!?
Uno de esos casos donde hay que mimetizarse con el entorno para no ser molestado durante la siesta. Este gato tuvo la genial idea de usar a su compañero canino con este propósito.