Para un gato, no hay nada más importante que encontrar un lugar acogedor y cómodo que sea perfecto para una siesta. La mayoría de las veces, se ven muy cómodos en su pequeño rincón de la habitación o en el sofá, pero otras veces tienen que improvisar. Cuando se trata de la siesta, un gato y un perro pueden aparentemente dejar a un lado sus diferencias y unirse en un renovador descanso. Al igual que necesitamos nuestras almohadas mullidas, los gatos necesitan un perro esponjoso donde acostarse. Cuando los gatos duermen en perros, el resultado es asombroso y te traemos 25 pruebas de este hecho.
1. La partida de Jenga más tierna
¿El comienzo de una larga torre de jenga de perritos y gatitos? ¡metros y metros de ternura garantizados!
2. ¡No te muevas perrito! ¡No despiertes al gatito!
Mientras este minino duerme, su compañero canino puede mantener su cabecita calentita, un buen ejemplo de trabajo en equipo.