Esta es una de esas historias de amor para leer con pañuelo en mano, es el resultado de la perseverancia, el apoyo y lo mejor, tiene un final feliz. Se trata de la pareja de Jaquie y Andy Goncher, de Georgia (Estados Unidos).
A los 17 años Jaquie quedó paralizada del cuello hacia abajo después de sufrir una lesión de la médula espinal. En ese entonces los médicos le dijeron que probablemente nunca volvería a caminar, pero ocho años después ella llegó caminando al altar para darle el «sí» al amor de su vida, Andy.
Unos meses después del accidente de natación, por el que perdió la movilidad, ella pudo hacer pequeños movimientos con sus piernas y seis meses después se pudo poner en pie con ayuda.
De ahí en adelante ella continuó trabajando en su recuperación, aunque por momentos las terapias parecían infructuosas.
En 2015 cuando contrajo compromiso con Andy, Jaquie ya se había recuperado bastante. Ella podía andar de pie por su casa sosteniéndose de las paredes, pero no podía moverse sin ayuda debido a que su presión arterial era muy baja.
Jaquie le relató a Cosmopolitan lo duro que fue, «quería ir al gimnasio, pero me frustraría y no volvería. Estaba intentando hacerlo, pero continuaba fracasando y eso me disgustaba, pero finalmente dije ‘tienes que hacerlo, no vas a mejorar mágicamente’«, y así lo hizo.
Cuando se comprometió con Andy se puso como meta que llegaría caminando sola al altar, no en silla de ruedas.
La vanidad también jugó un papel importante en su recuperación. Jaquie admite que ella se esforzó mucho más durante los nueve meses entre el día que se comprometió y el el matrimonio, porque ella quería verse bien para su boda.
“El día de tu boda todo el mundo está mirándote así que te quieres sentir la más bella. No existe la posibilidad de que no puedas ser bella en una silla de ruedas. Creo que puedes ser espectacular en una silla de ruedas pero yo no quería ser definida por eso”.
«Sólo quería llegar a la meta que me había establecido durante ocho años. El día de tu boda es algo que sueñas desde cuando eres una niña. No quería que mi silla estuviera en ese recuerdo en mi cabeza. Yo no quería planear mi boda en torno a mi discapacidad«.
A pesar de que casi por una década Jaquie no podía ponerse de pie por más de 30 segundos, sin sentir que se iba a desmayar, ella sabía que si se lo proponía podría caminar y mantenerse en pie durante los 45 minutos que duraría su boda.
En su mente no estaba la silla de ruedas por ningún lado durante ese día especial. Y así fue.
El anhelado día por fin llegó, en su boda Jaquie se levantó de su silla de ruedas, con su madre y su abuelo a su lado.
Mientras ella mientras caminaba por el pasillo hacia su novio, Andy Goncher, mantuvo los ojos fijos en el suelo, sin darse cuenta de que todos sus invitados habían empezado a llorar. Incluso él, Andy, no pudo contener las lágrimas.
Andy siempre estuvo con ella ayudándola y dándole todo el apoyo que ella necesitaba para su recuperación.
«Él estaba allí para mantenerme, me preguntaba ¿Fuiste al gimnasio hoy? ¿Cómo fue?«, comentó Jaquie. » Y por supuesto, en el día de la boda, él estuvo a mi lado toda la boda…me gustaría aferrarme a él todo el tiempo«.
Ese día Jaquie no sólo caminó hacia el altar, sino que bailó y disfrutó el pie de su gran día. Es realmente todo un ejemplo de perseverancia y amor. Jaquie y Andy son una pareja soñada.
Todavía hay mucho por hacer. Si bien la boda ya pasó Jaquie desea continuar con su recuperación.
«Es más fácil para mí para usar la silla cuando voy a alguna parte porque es más cómodo. Pero yo quiero usar más mi bastón, aunque no soy muy buena en eso todavía. Cuando eres una chica joven con el pelo loco y que está caminando con un bastón, la gente es curiosa. Solo no hay que prestar atención al hecho de que te estén observando«.
Jaqui continúa enfocándose en sus temas y su recuperación continúa. Dejó la silla de ruedas por el bastón.