Ésta es la historia de una pareja compuesta por Walt Manis, quien creció en una granja en Arkansas y Annie, su esposa. Walt desde niño tenía mucha devoción y fe en Dios, solía tener conversaciones con Él mientras paseaba por la naturaleza. Walt cuenta que una vez Dios le reveló una visión sobre su futuro en la que se casaría y tendría una hija llamada Chloe.
Durante su infancia Walt también conoció a Annie y con el pasar de los años, ella se convirtió en su esposa. Ella también quería ser madre y decía que si tenía una hija le llamaría Chloe. Cuando ambos conversaron al respecto se sorprendieron de tal coincidencia; Walt le contó a Annie sobre su visión y ella quedó muy impactada.
Al casarse, ellos intentaron tener hijos pero no ocurría, mientras tanto, se dedicaron a la ayuda social, esperando por el ansiado bebé. Sin embargo, descubrieron que eran infértiles.
En ese momento, ambos cuestionaron su fe en Dios y se sintieron víctimas de una situación muy cruel: “Cuestioné la bondad de Dios durante ese tiempo. Me parecía que lo que nos estaba haciendo era muy malo”, comentó Annie.
Como no lograban tener hijos, Annie sugirió la idea de la adopción, pero Walt no estaba de acuerdo ya que le parecía que era una forma de “tapar” la herida que tenían por la infertilidad. Sin embargo, Walt decidió apoyar a Annie en la posible adopción.
Recibieron un correo que les informaba que una madre los había elegido para la adopción de su futura hija. Aún a regañadientes, fueron a conocer a la madre biológica.
Pero, para asombro de Walt, cuando la vio por primera vez recordó a aquella niña que había visto en sus visiones de niño. Allí todas sus dudas sobre la adopción y la fe en Dios quedaron disipadas.
No conforme con esta señal, cuando conversaron con la madre biológica, ésta les comentó que uno de los nombres que había pensado para la niña también era Chloe.
De allí en adelante Walt y Annie, con toda su confianza puesta en Dios, siguieron adelante con el proceso de adopción, sabiendo que esta niña estaba predestinada para ellos.
Walt afirma que, aunque la gente le diga que todo fue una coincidencia, él ya no cuestiona su fe y cree en el amor de Dios y en el de su familia. Posteriormente, ellos adoptaron a otra niña llamada Naomi y son muy felices.
La historia de Walt y de Annie fue publicada en YouTube por Moving Works, un ministerio para el que trabaja la pareja. Su historia ha sido vista más de 200.000 veces y están en contacto con personas de todo el mundo, quienes han comentado que esta historia sobre la adopción les ha renovado y aumentado su fe y esperanza.
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