4. Tome descansos
Si siguió el último paso, entonces ya habrá planeado descansos para usted a lo largo del día. Asegúrese de levantarse de su escritorio durante esos descansos: tomar un poco de aire fresco, tomar un refrigerio saludable y hablar con otro ser humano si es posible. Todas estas actividades te ayudarán a reiniciarte, a hacer que tu sangre fluya y a asegurarte de que estás listo para abordar la siguiente parte de tareas.
Un estudio de 2011 encontró que los trabajadores que tomaron dos descansos breves se mantuvieron consistentemente productivos cuando se les asignó una tarea en particular para completar, pero cuando se trataba del grupo que no tomó descansos, “el rendimiento disminuyó significativamente en el transcurso de la tarea”.
Esto tiene mucho que ver con la forma en que nuestro cerebro registra a qué debe prestar atención y subraya la importancia de tomar descansos.
Un segundo estudio encontró que los trabajadores más productivos eran aquellos que trabajaban alrededor de 50 minutos y luego tomaban un descanso de 15 a 20 minutos. Si no está acostumbrado a tomar descansos, este puede ser un buen patrón para empezar.
Si tiene problemas para cumplir con un límite de tiempo para sus descansos, configure una alarma para recordarle que regrese al trabajo. El método Pomodoro es excelente para esto, ya que establece horarios de trabajo regulares y descansos.