Desde hace un tiempo, las fincas rústicas han ganado protagonismo y son cada vez más las personas las que deciden hacerse con uno de estos inmuebles. Si bien, a la hora de realizar la compra, es conveniente conocer de manera más exacta el valor de dicha finca y, sobre todo, acudir a expertos profesionales que sepan cómo realizar la tasación que corresponde en cada momento.
A día de hoy, cada vez son más las personas las que quieren hacerse con una finca rústica, teniendo en cuenta que es un inmueble con un gran número de ventajas. Hay que decir que, cuando se habla de finca rústica, se está haciendo referencia a un terreno no urbanizado que, normalmente, se utiliza con fines ganaderos, forestales o agrícolas. Normalmente, este tipo de propiedades se ubican en las zonas rurales y suelen contener gran extensión.
Asimismo, hay que destacar que, debido a su naturaleza no urbana, cuenta con características específicas y regulaciones, especialmente en relación con su uso y valoración. No hay que confundir estas fincas con las denominadas urbanas, ya que estas últimas sí se destinan a la construcción de viviendas.
En cualquier caso, cuando se tenga alguna duda sobre esto, se debe consultar la Orden ECO/805/2033 de 27 de marzo que es la que define este tipo de fincas. Además de esto, es importante tener en cuenta los diversos terrenos rústicos que existen, pudiendo ser de regadío, secano, mixtos o aquellas fincas que se pueden explotar económicamente con otro tipo de negocios que sean diferentes al uso del suelo.
¿Cómo se puede valorar una finca rústica?
En la actualidad en España existen diferentes sistemas para poder conocer de manera más exacta el valor que presenta una finca rústica. Así, existen varios métodos de tasación que se van a utilizar, uno u otro, dependiendo del tipo de terreno o del motivo por el que se quiera adquirir la finca.
Para calcular el valor de dicho terreno rústico, en el caso de que se haya destinado a la agricultura, por ejemplo, hay que tener en cuenta algunos aspectos clave tales como la ubicación del terreno, la superficie de la finca, las características del terreno o incluso la oferta y la demanda.
Además de lo mencionado, hay que decir que siempre se debe llevar a cabo la tasación a través de un experto, ya que realizará una valoración mucho más experta y profesional.
De igual modo, otra medida también utilizada es el método del precio por hectárea, que permite comparar y valorar este tipo de terrenos. Por supuesto, también la aplicación de este método dependerá de factores como la ubicación, la calidad del suelo o incluso las condiciones que haya en el mercado en ciertos momentos. Hay que decir además que en España, el precio por hectárea de las fincas rústicas también depende bastante de la comunidad autónoma en la que se encuentre.
Algunos factores que influyen en el precio
Aunque en los apartados anteriores ya se han adelantado algunos factores que pueden influir en el precio de la finca, aquí se pueden añadir otros más tales como la clase del suelo, las restricciones que puede tener la zona, la accesibilidad del lugar, la antigüedad de esas tierras o los servicios que están disponibles como la electricidad o el agua.
Por supuesto, a todos estos se les suman la ubicación del terreno, la calidad del suelo, el uso que se le va a dar o la situación en la que se encuentre el mercado en un momento determinado.
¿Por qué invertir en una finca rústica?
En la actualidad, los expertos recomiendan invertir en este tipo de fincas porque aportan numerosas ventajas. Entre otras, estos terrenos permiten mantener un contacto directo con la naturaleza, a lo que se suma que su uso puede ser diversificado. De igual modo, las fincas rústicas brindan oportunidades de desarrollo sostenible, aporta un gran número de beneficios fiscales, es una buena inversión a largo plazo, ayuda a potenciar el turismo rural y, sobre todo, mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas.