Para empezar, no hay evidencia de que sean extraterrestres.
Pero por segunda vez, un equipo de astrónomos detectó un destello de repetición de ondas de radio que emanaban del espacio más allá de nuestra galaxia la Vía Láctea.
Usando un nuevo y extenso telescopio canadiense denominado CHIME, que es del tamaño de seis pistas de hockey, los científicos identificaron el estallido breve y repetitivo en el verano de 2018 y publicaron sus resultados el miércoles en la revista Nature.
CHIME
La fuente de estas señales súper distantes, de unos 1.500 millones de años luz de distancia en el espacio profundo, sigue siendo en gran medida un misterio.
Lo que se acuerda es que para que estas ondas de radio viajen millones de años luz y lleguen a la Tierra como señales fuertes, deben tener un origen profundamente potente, tal vez una explosión poderosa en otra galaxia.
«No sabemos qué puede causar una emisión tan poderosa«, dijo Shriharsh Tendulkar, astrofísico de la Universidad de McGill y coautor del estudio, en una entrevista.
«Realmente no sabemos qué son«, agregó Marc Kamionkowski, profesor de física y astronomía en la Universidad Johns Hopkins que no participó en el estudio, en una entrevista. «Hay buena evidencia de que vienen de fuera de la Vía Láctea».
Las ondas de radio son una forma de luz, aunque no son visibles.
NASA
Si bien los científicos han detectado más de 60 instancias de ráfagas de radio rápidas, que duran solo milisegundos, esta es solo la segunda señal conocida proveniente del mismo lugar.
Muchas cosas en el espacio producen ondas de radio y muchas de estas señales llegan a la Tierra.
«Hay todo tipo de ondas de radio llegando en todo momento», dijo Tendulkar. El sol está constantemente enviando ondas de radio a través del sistema solar. Y hay una serie de fenómenos poderosos en el universo profundo que disparan ondas de radio en el cosmos, como agujeros negros.
Los científicos están profundamente concentrados en pensar de dónde podrían provenir estas ráfagas distantes y rápidas.
«Hay mucha especulación en la comunidad transitoria astrofísica sobre el origen de estos eventos y se han presentado varias teorías para explicar cómo se forman«, dijo a través de correo electrónico, Kate Maguire, investigadora del Centro de Investigación de Astrofísica en la Universidad de Queen en Belfast, quien no tuvo ninguna participación en el estudio.
Sin embargo, una teoría destacada es que los núcleos sobrantes de estrellas masivas explotadas, conocidas como estrellas de neutrones, pueden estar liberando señales cortas y potentes, dijo Maguire.
«La mayoría de las personas obligadas a apostar dirían que tienen algo que ver con las estrellas de neutrones«, señaló Kamionkowski.
Tendulkar está de acuerdo: «Las estrellas de neutrones son nuestra mejor apuesta».
Cuando algunas estrellas antiguas y masivas colapsan, se cree que se aplastan en una masa del tamaño de una ciudad, formando una estrella de neutrones.
En consecuencia, se cree que las estrellas de neutrones son los objetos más densos conocidos en el universo. Y presumiblemente, pueden liberar mucha energía.
La concepción de un artista de un tipo de estrella de neutrones llamada magnetar.
NASA’S GODDARD SPACE FLIGHT CENTER/S. WIESSINGER
Se sospecha que un tipo de estrella de neutrones, llamado magnetar, tiene un campo magnético billones de veces más fuerte que el de la Tierra. Entonces, cuando ese objeto ultra denso cambia o se rompe, una cantidad extraordinaria de energía podría ser liberada al espacio.
«Tiene que ser poderoso», dijo Tendulkar.
Además, estas ondas de radio que se repiten muestran signos de «dispersión», lo que sugiere que las ondas viajaron a través de un espacio turbulento lleno de gases interestelares.
Eso significa que las señales probablemente provinieron de un lugar donde hay un grupo más denso de cosas, como los restos de una estrella explotada (llamada supernova), dijo en un comunicado la astrónoma de la Universidad de Toronto y coautora del estudio Cherry Ng.
Aunque solo hay hipótesis sobre cómo se forman estas potentes ondas de radio, los fenómenos cósmicos naturales son la respuesta extremadamente probable, en oposición a los alienígenas inteligentes.
«Puedo entender que la imaginación del público iría de esa manera [los alienígenas], pero hay muchas explicaciones más simples que la inteligencia extraterrestre«, dijo Tendulkar.
Los astrónomos y los astrofísicos están ansiosos por que el nuevo telescopio, CHIME, tome más señales y reúna más evidencia. O como lo expresó Tendulkar, para «pintar un cuadro más amplio» de lo que podría estar sucediendo allí, en las profundidades del espacio intergaláctico.