16. El dragón de Komodo
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Kenneth Garrett
Muy parecido a los osos polares, los dragones de Komodo no son comedores quisquillosos. Comen de cualquier cosa, desde pájaros hasta búfalos de agua e incluso humanos, y hasta se les ha conocido por desenterrar cuerpos de tumbas poco profundas. Son cazadores prodigiosos y esperarán sigilosamente hasta que su presa se acerque, después de lo cual lo envestirán, le arrancarán la garganta y se retirarán mientras se desangra. Una vez más, al igual que los osos polares, la única razón por que su número de muertes humanas sea tan bajo probablemente sea la interacción limitada, así como el hecho de que realmente solo necesitan comer una vez al mes.