19. Psychrolutes marcidus
Este pez vive en profundidades en las que la presión es varias decenas de veces superior a la de el nivel de la superficie. A pesar de su cara, no tienen mucho de qué quejarse: gracias a que es mayormente una masa gelatinosa con una densidad ligeramente menor a la del agua, este pez puede flotar sin tener que gastar una gran cantidad de energía.
20. Tortuga gigante de caparazón suave
Poco común, esta especie de tortuga pasa gran parte de su vida enterrada en la arena, con sólo la cabeza por encima de la superficie, esperando a saltar sobre los peces y crustáceos desprevenidos. A diferencia de la mayoría de sus parientes, no posee un caparazón rígido y formado por placas óseas; en su lugar, posee una gruesa piel que se encuentra por encima de las costillas, las cuales se encuentran muy unidas entre sí.
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