El presidente Donald Trump preguntó en agosto pasado a varios importantes asesores de política exterior sobre la posibilidad de invadir Venezuela durante una reunión sobre sanciones diplomáticas que Estados Unidos estaba promulgando sobre el gobierno autocrático, dijo un alto funcionario del gobierno familiarizado con los comentarios.
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Los asesores de Trump, incluido el entonces consejero nacional de seguridad, HR McMaster, lo exhortaron enérgicamente contra la idea de una invasión militar en Venezuela, advirtiéndole que podría ser contraproducente y explicando que los aliados de Estados Unidos en la región se oponían firmemente a tan drástica acción.
Tomar acciones militares contra Venezuela sería una escalada dramática de la respuesta hasta ahora exclusivamente diplomática y centrada en las sanciones de Estados Unidos a la crisis política y económica que aflige al país sudamericano.
Aún así, el funcionario con conocimiento de los comentarios privados de Trump notó que «no había un plan inminente para un ataque militar» y marcó los comentarios incluso como que Trump pensó «en voz alta».
«El presidente dice y piensa muchas cosas diferentes», dijo el funcionario. «Él solo piensa en voz alta».
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, reaccionó a los comentarios de Trump el miércoles e instó a las fuerzas armadas del país a no «bajar la guardia».
«Necesitamos defender nuestro derecho a la paz, la dignidad y el derecho a elegir nuestro propio destino», dijo Maduro durante una ceremonia militar en Caracas. «¡Ningún imperio nos va a elegir!».
«Una invasión militar del imperio estadounidense nunca será una solución para los problemas de Venezuela, nunca», agregó. «El mayor derecho que tiene nuestra gente es el derecho a vivir en paz».
Los comentarios privados de Trump a sus asesores fueron reportados por primera vez por Associated Press. Llegaron un día antes de que dijera públicamente, junto al entonces secretario de Estado, Rex Tillerson, y al embajador de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, que no se estaba tomando «una opción militar» contra Venezuela de la mesa.
Trump en el mes siguiente continuó presionando a los líderes latinoamericanos sobre esta posibilidad, incluso en el marco de la Asamblea General de la ONU cuando cenó con muchos de esos líderes, todos los cuales dijeron que no querían una invasión estadounidense a Venezuela.
Venezuela ha sido un foco clave de la política de la administración Trump hacia América Latina, con Trump tomando varios pasos para aumentar la presión sobre el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La administración ha promulgado numerosas sanciones y ha emitido enérgicas declaraciones instando al gobierno venezolano a permitir que se lleven a cabo elecciones libres y justas.
El vicepresidente Mike Pence también se ha reunido en numerosas ocasiones con los líderes de la oposición venezolana y ha emitido duras críticas contra el gobierno venezolano durante sus recientes viajes a América Latina.
Los comentarios de Trump no fueron la primera vez que planteó la posibilidad de una acción militar contra otro país.
Antes de enfriar las tensiones con Corea del Norte en los últimos meses, Trump discutió con asesores sobre la posibilidad de ataques preventivos contra el régimen de Pyongyang y en enero intentó ordenar la evacuación de militares estadounidenses dependientes en Corea del Sur, haciendo sonar las alarmas.
Entre los principales, los ayudantes de seguridad que preocuparon a Corea del Norte que podrían interpretar el movimiento como preparativos para la guerra.
Al igual que con sus discusiones sobre la acción militar en Venezuela, los asesores de Trump lo disuadieron de tomar medidas tan extremas.