Hace dos semanas, los arqueólogos en Egipto encontraron un enorme sarcófago de granito negro en Alejandría, intacto durante 2.000 años, y el rumor de pies ligeros rápidamente comenzó a correr.
¿Podría contener los restos del antiguo líder griego Alejandro Magno, o (menos atractivo) una maldición mortal?
Según los expertos que ahora lo han abierto, es un no a ambos.
En cambio, reveló tres esqueletos y aguas residuales de color marrón rojizo, que desprendían un hedor insoportable.
El Ministerio de Antigüedades de Egipto había designado un comité de arqueólogos para abrir la reliquia, que fue desenterrada en un sitio de construcción.
Según el medio egipcio El-Watan, al principio levantaron la tapa de la tumba por solo 5 cm (2 pulgadas) antes de que el olor acre los obligara a abandonar la escena de inspección por completo. Luego lo apreciaron abierto con la ayuda de los ingenieros militares egipcios.
«Encontramos los huesos de tres personas, en lo que parece ser un entierro familiar… Desafortunadamente, las momias en su interior no estaban en las mejores condiciones y solo quedan los huesos«, dijo Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades.
Se descubrió que la tumba contiene tres esqueletos, que se cree son los de los antiguos oficiales del ejército de Egipto.
Al abordar los temores de los medios de que alterar la tumba podría desencadenar la implacable maldición de Faraón, Waziri declaró: «Lo hemos abierto y, gracias a Dios, el mundo no ha caído en la oscuridad”.
«Fui el primero en meter toda la cabeza dentro del sarcófago… y aquí estoy frente a ti… estoy bien».
A pesar de eso, el lugar ya no cuenta con gente en medio de temores de que el sarcófago pueda liberar letales vapores tóxicos, dice el periódico estatal egipcio Al-Ahram.
Los expertos han dicho que los tres individuos en la tumba pueden haber sido soldados en tiempos de los faraones.
Se dice que el cráneo de uno muestra grietas que apuntan a una lesión de flecha.
Un busto de alabastro, sus características desgastadas más allá del reconocimiento, también se encontró con el sarcófago.
El enorme sarcófago tiene casi dos metros (6.5 pies) de alto y tres metros de largo, y es el más grande de su tipo que se haya encontrado intacto.
Pesa 27 toneladas (59,500 libras), y se cree que data del período ptolemaico temprano, que comenzó en 323 AC después de la muerte de Alejandro Magno.
Los arqueólogos ahora estudiarán la tumba en profundidad para determinar con precisión cuándo vivieron sus ocupantes y cómo murieron.