La Asamblea Nacional cubana eligió a Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, cubano de 57 años nacido dos años después de la revolución socialista de la isla, como nuevo jefe del Consejo de Estado y, por lo tanto, presidente del país caribeño.
Durante su discurso después de ser juramentado, Díaz-Canel prometió ser fiel al legado del fallecido presidente cubano Fidel Castro y su revolución.
Dos años después de que Raúl comenzara a ejercer como presidente temporal en 2006, cuando Fidel se enfermó demasiado para continuar gobernando, el hermano menor fue electo por la junta para ejercer después de un servicio de por vida a la revolución.
En 1953, Raúl luchó junto a su hermano en el cuartel Moncada para derrocar al régimen autoritario de Fulgencio Batista. Cuando el intento fracasó, sirvieron 22 meses juntos como presos políticos. Raúl presentó a Fidel al Che Guevara en México y juntos zarparon en el famoso barco Granma hacia Cuba en 1956 y durante tres años libraron una campaña guerrillera desde las montañas de la Sierra Maestra, derrocando al gobierno de Batista en 1959.
Raúl fue el ministro de defensa, vicepresidente y segundo secretario del partido durante los 47 años en que Fidel se desempeñó como presidente de la nación. Si bien Raúl alguna vez mantuvo una relación cercana con los soviéticos, también logró fortalecer la economía nacional y la soberanía política de Cuba cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991.
Como presidente, Raúl adoptó una postura menos militante hacia el socialismo y creó espacio para la empresa individual. Lanzó una medida que prohibía a los cubanos interactuar con visitantes extranjeros, facilitando a los ciudadanos la compra y venta de casas y teléfonos celulares.
En 2010, el presidente redujo la economía estatal recortando alrededor de medio millón de empleos gubernamentales de azúcar, agricultura, construcción, salud y turismo, diciendo: «O cambiamos de rumbo o nos hundimos«. Raúl, ahora de 87 años, abrió relaciones diplomáticas con Estados Unidos durante su administración de diez años y debido a un acuerdo con el ex-presidente Barack Obama, la isla está, poco a poco, obteniendo acceso a Internet.
Aunque el nuevo presidente fue grabado en cinta acusando a los Estados Unidos y varios países europeos de querer desmantelar la revolución, los expertos dicen que Díaz-Canel seguirá la línea de la organización.
Díaz-Canel ha estado ascendiendo en la jerarquía del Partido Comunista durante casi 30 años. Formó parte de la Unión de Jóvenes Comunistas y participó en una misión internacional en Nicaragua.
Entre 1994 y 2003 Díaz-Canel fue el líder del partido de la comunidad de la provincia de Villa Clara, entre otros puestos del partido. Fue promovido para ser uno de los 14 miembros del Politburó – el consejo comunista de Cuba- y ejerció como ministro de educación superior entre 2009 y 2012 cuando se convirtió en vicepresidente y ministro de Cuba.
«Es un hombre sin matices que no disgusta, pero la gente tampoco se enamora de él. Ha dejado en claro que no será el hombre del cambio y que ha llegado donde está al completar órdenes impecablemente», dice Francisco Perdomo, profesor cubano en relaciones internacionales.
Aunque algunos lo describen como un hombre-sí, también tiene una reputación de ser cálido y atento tanto con los cubanos con los que ha trabajado como con los extranjeros.
John McAuliffe, director ejecutivo del Fondo de Reconciliación y Desarrollo dice a La Tercera que vio a Díaz-Canel en una función estatal mientras era vicepresidente: «disfrutando de la música de «Los Van Van» y hablando con políticos de los Estados Unidos y Chile. Fue receptivo con cualquiera que quisiera tomarse una foto con él. Su informalidad y accesibilidad indicaban que tenía un estilo personal diferente al de la generación retraída de los líderes cubanos«.
Díaz-Canel sabe que tiene una tarea difícil por delante. «La sociedad exige más», dijo como vicepresidente. Esto significa expandir Internet a más del 5 por ciento de la población que actualmente tiene acceso y crear un entorno de medios más abierto, medidas que Díaz-Canel dice que apoya.
Económicamente, comenta Michael Bustamante, profesor de la Universidad Internacional de Florida, el mayor desafío que enfrenta el nuevo jefe de estado es unir el sistema monetario dual.
«Sobre Miguel Díaz-Canel se encuentran algunos de los desafíos económicos más complicados que el gobierno de Raúl Castro no pudo resolver … Ejemplo número uno: el sistema monetario dual. La unificación del sistema monetario cubano es fundamental para su futura prosperidad económica«. enfatiza Bustamante a La Tercera.
Durante varios años el gobierno ha estado diciendo que convergerá sus dos monedas: el Peso Cubano (CUP) y el Peso Cubano Convertible (CUC). Sin embargo, el CUC, introducido inicialmente en 1994 para fortalecer la economía y limitarse al uso turístico, se ha extendido desde entonces a todas las áreas de la economía y ha creado serias divisiones en una sociedad conocida por su igualdad.
Aunque los académicos dicen que la presidencia de Díaz-Canel no sería un cambio radical en términos de la introducción de la política revolucionaria, este es un cambio generacional histórico para la isla, la revolución y América Latina que ha usado a Cuba como su ejemplo socialista.