Durante décadas, la desaparecida arista mexicana Frida Kahlo ha sido referente en miles de institutos de arte alrededor del mundo, por su invaluable aporte al movimiento surrealista que se apoderó de la pintura desde 1920 en Europa y que, sin proponérselo, en ese tiempo y al otro lado del continente, ésta era nombrada como abanderada del mismo por el reconocido poeta y padre del surrealismo, André Breton.
Aunque su negativa por ser catalogada de ese modo, por un trabajo que ella llamó como su autobiografía, el respeto de sus admiradores y expertos en la materia no permitieron que el legado creativo de la hija consentida de Coyoacán, se alejara del espaldarazo que había recibido de quienes más tarde la presentarían con honores al universo artístico.
Pero así como evoluciona para la historia su incuestionable labor en el arte de la pintura, también ocurre lo mismo con la herencia que dejó al vanguardismo en cuestión de diseño textil, pues luego de 50 años de su fallecimiento, la develación de su guardarropa, que fue cerrado a llave por su esposo Diego Rivera, y reabierto por el Museo Frida Kahlo con el financiamiento de la revista Vogue México, las piezas halladas en él nuevamente brindan conceptos de color, diseño e ingenio, que han influenciado colecciones de grandes diseñadores como Jean Paul Gaultier Riccardo Tisci de la firma Givenchy, Dai Rees entre otros.
“Realmente no se ha hecho una revisión de Kahlo en cuestión de vestimenta y moda, pues con esta exposición, otra vez podemos marcar la importancia de Frida como símbolo del movimiento Avant garde; también como una persona muy adelantada a su tiempo; una persona que definió varias cosas de moda antes de que se hicieran”, comentó Circe Henestrosa, Curadora de la exposición Las apariencias engañan: los vestidos de Frida Kahlo.
Los excesos de detalles en sus trajes Tehuana, muy autóctonos de las comunidades indígenas zapotecas, los tocados de grandes proporciones, joyería artesanal y maquillaje intenso, fueron elementos que erran merecedores de todas las miradas entre las damas de sociedad que solían acudir a los eventos en los que Frida era invitada en Nueva York y París, ya que para ese entonces el estilismo era más conservador.
“Frida Kahlo en 1937 ya era motivo para ser fotografiada por la revista Vogue Paris. Su estilo en esa época ya llamaba la atención. Su propuesta era distinta y aceptada para ese tiempo… Hoy en día sigue siendo una propuesta innovadora”, agregó Henestrosa.
Tal vez la anterior afirmación provenga de las imágenes que circulan por internet, donde la cantante Thalía viste a su pequeña hija inspirada en la célebre artista mexicana, o a Beyoncé adaptando sus disfraces de Halloween al mejor estilo de Kahlo.