Aunque no lo parezca, no es fácil recordar lo que comiste hace una semana o incluso el día de ayer, pero un nuevo sensor de pequeño tamaño podría ayudar a los médicos a controlar la dieta de los pacientes.
El sensor, que está diseñado para montarse en un diente, mide 2 mm x 2 mm, según un comunicado de la Universidad Tufts. Es capaz de comunicarse de forma inalámbrica a través de dispositivos, como teléfonos inteligentes, y puede proporcionar información sobre la ingesta de glucosa, sal y alcohol.
Aunque es en miniatura, seguramente se notará teniendo en cuenta que no es blanco, sino más bien de color dorado. En una foto publicada por Tufts, el sensor se ve colocado en la superficie central de un diente frontal. No está claro si puede montarse en la parte posterior de un diente o en un diente que no se vea cuando sonríes.
Silklab, Tufts University
Cuando el usuario come ciertos alimentos, puede cambiar el «color» para permitir que aquellos que monitorean los datos puedan detectar lo que fue consumido. Por ejemplo, si se consume sal o alcohol, una capa del sensor adoptará un tono diferente de ondas de radiofrecuencia.
«En teoría, podemos modificar la capa biosensible en estos sensores para apuntar a otros químicos; estamos realmente limitados solo por nuestra creatividad«, dijo en un comunicado Fiorenzo Omenetto, autor del estudio y profesor de ingeniería de Tufts.
«Hemos extendido la tecnología común [de identificación de radiofrecuencia] a un paquete de sensores que puede leer y transmitir dinámicamente información sobre su entorno, ya sea que esté adherida a un diente, a la piel o a cualquier otra superficie«.
La investigación de Omenetto y sus colegas, que está programada para publicarse en la revista Advanced Materials, describe cómo funciona el sensor. Está compuesto por tres capas delgadas: una central que absorbe y rastrea datos y dos capas de oro circundantes. Todas trabajan juntas como una «pequeña antena», según la declaración.
Los investigadores probaron su invención con participantes que bebieron alcohol, tomaron enjuague bucal y comieron sopa, y pudieron reconocer con éxito lo que la persona había consumido, informa Science Magazine. La esperanza es que el dispositivo pueda ayudar a médicos e investigadores a establecer conexiones entre la ingesta dietética y la salud general.