Un trabajador japonés atrapado almorzando tres minutos antes de su hora de almuerzo en 26 ocasiones durante un período de siete meses fue castigado por sus jefes, quienes luego sostuvieron una conferencia de prensa televisada para disculparse por su comportamiento «profundamente deplorable«.
El extraño incidente resalta la actitud implacable de Japón hacia el trabajo en un momento en que el país está tratando de cambiar su cultura después de varias muertes y suicidios vinculados con lo que se llama «karoshi«, o la muerte por exceso de trabajo.
Por su transgresión de irse a comprar un bento (una ración de comida sencilla preparada para llevar, bastante común en la cocina japonesa) para el almuerzo a las 11:57 a.m. en lugar de al mediodía, la hora asignada para comenzar su hora de almuerzo cada día, al funcionario no identificado de 64 años de la Oficina de Tratamiento de Aguas de la ciudad de Kobe le descontaron medio día de paga, según informó The Japan Times.
En una conferencia de prensa convocada gracias a lo que sucedió, los ejecutivos de la Oficina de Tratamiento de Aguas se inclinaron profundamente en señal de disculpa. Dijeron que el trabajador había incumplido una ley de servicio público que obligaba a los funcionarios a concentrarse en su trabajo.
«Es profundamente lamentable que esta mala conducta haya tenido lugar. Lo sentimos «, dijo un funcionario de la oficina a los periodistas, informó el South China Morning Post.
Los legisladores japoneses están debatiendo la legislación presentada por el primer ministro Shinzo Abe que reformará radicalmente la ley laboral del país en un intento por cambiar su rígida actitud hacia el trabajo. Abe argumenta que reducirá el exceso de trabajo al crear un sistema más flexible y limitar el tiempo extra.
Cada año se registran cientos de muertes karoshi en Japón. Una declaración del gobierno japonés aseguró que una quinta parte de la fuerza de trabajo japonesa enfrenta el riesgo de muerte por exceso de trabajo al hacer 80 horas extra o más de trabajo por mes.
Los informes de Japón muestran el impacto devastador de la cultura de exceso de trabajo del país. NHK, la radiodifusora pública de Japón, reveló en 2017 que una reportera de 31 años llamado Miwa Sado murió de insuficiencia cardíaca después de marcar 159 horas de tiempo extra en solo un mes.
Un trabajador de construcción de 23 años en el estadio olímpico de Tokio registró 200 horas de tiempo extra por mes entre diciembre de 2016 y abril de 2017 antes de suicidarse.
En 2010, un gerente de la churrasquería Sun Challenge en Tokio, que había estado trabajando 190 horas extra al mes bajo un trato abusivo por parte de su supervisor, se suicidó. En tres años había tomado solo dos días de vacaciones. Una corte ordenó a la cadena de restaurantes pagar 58 millones de yenes (525.000 dólares) en daños y perjuicios.