A medida que la inflación en Venezuela se dispara fuera de control, el asediado presidente Nicolás Maduro ha desplegado el ejército venezolano en los mercados para hacer cumplir los precios establecidos por el gobierno para los alimentos.
Los venezolanos están luchando contra la hiperinflación que ha hecho que la moneda local sea casi inútil mientras que los supermercados y las farmacias sufren una grave escasez.
Los soldados fueron enviados a casi 100 mercados de alimentos en todo el país, según informó la BBC. Los críticos de Maduro dicen que sus políticas económicas, y las de su predecesor Hugo Chávez, han arruinado la economía rica en petróleo de Venezuela.
Reuters/Marco Bello
Maduro afirma que la crisis económica está siendo causada por una «guerra económica» liderada por los Estados Unidos, y ha prometido mantenerse en el poder.
El presidente elogió el éxito de la «toma de control de los mercados municipales», mientras el ejército y las tropas de la Guardia Nacional patrullaban los puestos de comida y revisaban los precios. Maduro afirmó que un «gran número de mafiosos, mayoristas, ladrones y capitalistas» fueron arrestados por soldados. «Encontramos todo allí, incluso la prostitución», agregó.
Tareck El Aissami, el ministro de industria y producción, hizo eco de los comentarios de Maduro. Aissami dijo que los soldados descubrieron «especulación de precios, acaparamiento y manipulación fraudulenta de los precios» en los mercados. Aissami, nombrado recientemente, se encuentra actualmente bajo sanciones de Estados Unidos por denuncias de tráfico de drogas, acusaciones que él niega.
Una amplia gama de productos está sujeta a controles de precios. Esta política implica que los agricultores y propietarios de tiendas no cultivan ni venden los artículos vitales para evitar una pérdida. Al mismo tiempo, los acaparadores generalmente compran artículos restringidos tan pronto como estén disponibles y los venden para obtener enormes ganancias en el mercado negro. Irónicamente, el ejército es uno de los principales culpables.
La moneda hiperinflada significa que el gobierno se esfuerza por importar alimentos, combustible y suministros médicos de otros lugares, lo que socava aún más los niveles de vida. El país está luchando contra las epidemias de sarampión y malaria ya que las autoridades de salud no tienen fondos disponibles.
Maduro también anunció el cuarto aumento en el salario mínimo de este año en Venezuela, ya que los trabajadores luchan por mantenerse al ritmo de la inflación. El salario mínimo ahora es de 3 millones de bolívares, solo 1.14 dólares a la tasa de cambio del mercado negro. Maduro también ha prometido a los trabajadores tickets de alimentación adicionales.
Es difícil decir exactamente qué tan mala se ha vuelto la inflación en la nación rica en petróleo. Ni el banco central ni el gobierno han publicado cifras oficiales desde diciembre de 2015. La Asamblea nacional controlada por la oposición afirma que la tasa de inflación ha superado el 24.600 % a partir de mayo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados calcula que alrededor de 5.000 personas abandonan Venezuela cada día a medida que se hace cada vez más difícil acceder a las necesidades básicas. Millones han huido a través de la frontera hacia países vecinos, muchos a Colombia. La agencia dice que más de 1.5 millones de venezolanos ya se fueron.