Es difícil creer que una persona en su sano juicio abandone su carro de cientos de miles de dólares en la calle o en el estacionamiento de algún aeropuerto. Cualquiera pensaría que se les fue un tornillo o se cansaron de la opulencia y la vida de lujos y decidieron retirarse a un centro budista para reencontrase con “su propio yo”.
Pues te equivocas, esto tiene una razón y de mucho peso, y se llama “Ley de la Sharia”: Ésta es una estricta ley de los Emiratos Árabes que considera una falta muy grave el hecho de no honrar las deudas sin importar con quién la hayas contraído. Es tan estricta que quien se atreva a incumplirla puede llegar a ser castigado hasta con cadena perpetua.
El incremento de los precios del petróleo que presenciamos en los últimos años creó una economía muy pujante en el Medio Oriente, lo que impulsó a muchas personas a aventurarse a contraer deudas millonarias para adquirir bienes costosísimos como estos carros de lujo, pensando que esta bonanza duraría para siempre.
Ahora que se viven épocas de recesión muchas de estas personas han perdido la capacidad de pago que amerita disfrutar de estos lujos y se han visto en la necesidad de abandonar sus lujosos coches en las calles y salir corriendo del país antes de ser capturados.
Los dueños de estas deudas son citados ante el tribunal, pero nunca aparecen porque han escapado, entonces el Estado procede a confiscar los bienes involucrados y a subastarlos. Aproximadamente 3.000 carros al año se ven involucrados en situaciones como ésta. Algunos superan el millón de dólares de valor.