No existe nada peor que un crimen o una masacre, excepto tal vez un crimen que no es resuelto por no dar con sus responsables. Millones de dólares y recursos humanos han sido usados tratando de resolverlos, sin éxito alguno. Estos crímenes quedan archivados por años, llenos polvo, siendo olvidados por las autoridades y dejando a los asesinos sin cargo o castigo alguno.
1. El asesinato de John Middleton Clayton
John Middleton Clayton fue asesinado en Enero de 1889 en Pinkerton, Arkansas después de perder un puesto político dentro del congreso de la jurisdicción. Fue apuñalado a muerte frente a su casa, pero a pesar de la recompensa de $5000 ofrecida por los policías y la investigación a todos los sospechosos por parte de los detectives nadie fue encontrado culpable. La Casa de Representantes encontró que su oponente en las elecciones para el parlamento cometió fraude, convirtiéndolo en el principal sospechoso dentro del caso, sin embargo, nunca se llegó a ninguna conclusión.
2. Andrew y Abby Borden
El asesinato de los esposos Andrew y Abby Borden en Agosto de 1892 atrajo la atención de los medios de comunicación de la época, puesto que Lizzie Borden (miembro de la familia) era la principal sospechosa del asesinato. Andrew presentó 11 heridas por hacha en el cráneo mientras dormía en el sofá de su casa, mientras que Abby, quien fue asesinada una o dos horas antes, presentó 19 heridas de hacha. El caso nunca fue resuelto, sin embargo se convirtió en una leyenda de la zona, donde las teorías sobre el móvil del asesinato abundaron a lo largo de las décadas; entre las más sonadas está la discordia entre los miembros de la familia Borden por unas hectáreas de terreno.
3. El descuartizador de New Orleans
El temido «monstruo» de New Orleans, que causó conmoción alrededor de los años 1920, se dio a conocer por primera vez en Mayo de 1913, cuando Joseph Maggio y su esposa fueron descuartizados con un hacha que fue encontrada cubierta de sangre en la sala de la casa. La única pista sobre el asesino fue un mensaje escrito en tiza cerca de la casa de los esposos. El descuartizador de New Orleans asesinó a otras 8 personas hasta que misteriosamente se detuvo y nunca más se supo de él. Nunca se llegó a conocer su identidad y ninguno de los casos de asesinatos fue resuelto.
4. El Vampiro de Estocolmo
Una prostituta de 32 años de edad, la cual nunca fue identificada, fue encontrada muerta en Estocolmo, Suecia, con una serie de heridas muy peculiares. A pesar de que la muerte de algunas prostitutas era común para la época, este caso en particular destacó en los medios debido a que durante la autopsia de la mujer se descubrió que el asesino aparentemente le drenó la sangre. A falta de testigos y pruebas que confirmen la historia, este misterioso asesinato trasciende a través de las décadas como una aterradora leyenda.
5. Dahlia Negra
Este fue el apodo que se le dio a la actriz de 22 años de edad llamada Elizabeth Short, a razón de su oscuro cabello y estética en general. En Enero de 1947 Elizabeth Short fue encontrada muerta, descuartizada con la precisión única de algún profesional de la salud y sin una gota de sangre en su cuerpo. Este es el caso sin resolver más antiguo del estado de California. Muchas fueron las teorías del móvil para el asesinato, así como los tantos sospechosos que podrían ser autores del mismo, sin embargo, hasta el día de hoy no se conocen conclusiones al respecto.
6. El caso del «Taman Shud»
Este caso ganó reconocimiento mundial puesto que el hombre asesinado nunca fue identificado. En Diciembre de 1948 se encontró muerto a un hombre en Adelaide, Australia. A pesar de los esfuerzos del gobierno y de agencias de investigación alrededor del mundo el hombre nunca fue identificado; un pedazo de papel en su bolsillo sería la única pista para resolver el caso, éste contenía las últimas dos palabras de la página final del Rubaiyat: «taman shud» que se traduce como «terminado».
7. Marilyn Sheppard
El asesinato de Marilyn Sheppard en Julio de 1954 llevó a la cárcel a su esposo, el Dr. Sam Sheppard. Sin embargo, éste mantuvo su inocencia clamando que fue acusado injustamente gracias a la manipulación de su imagen ante el ojo público. Tras la excesiva cobertura mediática que se le dio al caso, el Dr.Sheppard fue absuelto por falta de pruebas por la Corte Suprema de los Estados Unidos. Hasta el día de su muerte en 1970, Sam Sheppard buscó al verdadero asesino de su esposa sin éxito alguno.
8. Mecánicos anti-radiación 
En Agosto de 1966 dos mecánicos, Miguel Jose Viana y Manoel Pereira da Cruz, salieron hacia el Campos dos Gostacazes en Brasil donde buscaban comprar algunos repuestos para carros. Tres días después fueron encontrados muertos en Vintem Hill. Para sorpresa de los detectives, los cuerpos estaban vestidos de manera peculiar, usando trajes impermeables y máscaras de protección contra radiación. En la escena del crimen se encontraron además algunas botellas de agua, toallas y un cuaderno que contenía escrito: «16:30 estar en el lugar acordado, 18:30 tomar las cápsulas para revertir el efecto del metal, usar máscara anti-radiación». No se encontró dinero para la compra de los repuestos de carros o algún otro material que podría dar pista de como llegaron estos dos hombres a ese lugar. Hasta el día de hoy el caso permanece siendo un total misterio.
9. El asesino del Zodiaco
El Asesino del Zodiaco estuvo relacionado a una serie de asesinatos en San Francisco durante los meses de Diciembre de 1968 hasta Octubre de 1969. Mató a un total de siete personas, cuatro hombres y tres mujeres. Sus crímenes fueron relacionados entre sí por una serie de pistas dejadas por el asesino en los periódicos de la región. Tras investigar alrededor de 2.500 sospechosos, nunca fue incriminado alguno de estos. Hasta el día de hoy se desconoce la identidad de este asesino en serie.
10. El caso de Glico-Morinaga
Este fue un caso de extorsión muy sonado en Japón durante los años 80, encabezado por el empresa japonesa Ezaki Glico & Morinaga que aún permanece sin resolver. Todo comenzó con el secuestro del presidente de esta compañía por un grupo de personas conocidos como «El monstruo de 21 caras». El caso fue muy popular en Japón, convirtiéndose en un mito, rompiendo con el estereotipo de seguridad pública que el país prometía para la época.