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Hay días de días, y existen aquellos en que definitivamente no quieres hacer nada. De repente tienes ganas de todo menos de trabajar, y no es un pecado, nos pasa a todos.
Pero inevitablemente tienes que presentarte en tu oficina, tienes que verle la cara a tu jefe o a tus compañeros y no puedes simplemente quedarte dormido o mirando para el techo, tiene que parecer que estás trabajando.
Sufrir un ataque crónico de flojera es muy común, pero son de esas cosas que se tienen que disimular, y te contamos cómo hacerlo. Nadie se enterará de que no estabas trabajando y de pronto, hasta te ganas el título de mejor empleado del mes.
1. Mantén una expresión seria, pensativo y enfocado
Todo está en la actitud, tienes que convencerlos de que estás super concentrado. Hazles creer que estás pensando algo crucial, que estás resolviendo los problemas de la empresa. Inhala profundamente y exhalar con fuerza, como demostrando una tensión de tanto «pensar». Nadie dudará de un «genio» trabajando.